Entre los afanes del foquismo criollo (no la teoría guerrillera sino la aplaudidora del jefazo) estaba aquella de adelantarse a los deseos de Chávez (mande, comandante, que nosotros obedecemos) para que Él, El Único, supiera con quién contaba.
Pues Aristóbulo Istúriz, un líder formado en el tinglado democrático, discutidor, fullero y altanero, entregó todos sus bagajes para buscar un puesto salidor entre los más reconocidos aplaudidores del Chacu. ¿Lo recuerdan autoproclamándose el Primer Desbaratador de la Comarca nomás el turco-músculo Tarek le entregara la Gobernación de Anzoátegui?
Qué va, mijo, eso ya no es con él. Lloró a Chávez, cumplió el ritual para que Maduro lo notara ahí, pero de ahí a salir a buscar al "pueblo" para entregarle la silla gobernadora y volver a sus aulas de maestro hay un trecho insalvable que él, Aristóbulo, no está dispuesto a dar. Y menos ahora que el aspirante a Jefe Único está tambaleándose abrumado de ilegitimidad. Siempre se ha dicho: Aristóbulo tiene su propia agenda, más temprano que tarde se sabrá qué es lo que quiere el negro.
TalCualDigital
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