En otros países también saben que Nicolás no es Chávez. A este "presidente" nadie le tiene el mínimo respeto.
Aquél se permitía insultar a medio mundo, justificar sus denuestos con la excusa de ser un espontáneo, un campechano, un showman. Y nadie le decía nada.
Durante más de una década, Chávez se comportó como el bully de un colegio de primaria acosando a sus compañeros, emplazándolos, empujándolos, sometiéndolos.
Y nadie decía nada. Ahora ya él no está, y Nicolás cree haber heredado también eso, pero se equivoca. Sin el carisma, sin el arrase electoral, sin la impronta mundial, sin Fidel a su espalda, no se puede comportar como su antecesor y no ser escarmentado en el camino.
Insultó a Uribe y la comunidad no se le quedó callada. Engañó a Unasur diciendo que se haría auditoría completa y ya se levantan las protestas, Perú comenzó y ahora le sigue Paraguay.
Uruguay ya comenta el asunto también. Nadie se cala más a un "guapo de barrio" en el vecindario, y menos a uno que no tenga cómo sostener sus empujones. Ahora Nicolás saldrá a visitar esos países, de nuevo a tejer apoyos. No le bastará.
TalCualDigital
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