Debido a que las reservas en efectivo están en mínimos históricos, el BCV optó por recurrir a su portafolio de bonos. Esta vez las empresas que acudan a la subasta colocarán en sus órdenes el monto de dólares que quieren adquirir y el tipo de cambio que están dispuestos a pagar.
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
Obligado a incrementar el monto de dólares que subasta a través del Sicad en momentos en que las reservas en efectivo se ubican en mínimos históricos, el Banco Central de Venezuela ha optado por recurrir a su portafolio de bonos.
El esquema es el siguiente. Las empresas que acudan a la subasta colocarán en sus órdenes de compra el monto de dólares que quieren adquirir y el tipo de cambio que están dispuestas a pagar. Acto seguido el Banco Central determinará las compañías ganadoras y les asignará bonos con un valor en el mercado equivalente a la cantidad de divisas solicitada por la empresa.
Posteriormente, el Banco Central venderá los bonos en el mercado internacional y una vez tenga las divisas a mano las enviará a las empresas a través de las entidades financieras privadas.
Los bonos son emitidos por Pdvsa y vencen en 2035. Fuentes financieras explican que los bonos estaban en el portafolio del Banco de Venezuela y se le solicitó que los transfiriera al BCV a cambio de un pagaré.
Gracias a que la subasta se realizará con divisas que provendrán de bonos y no de los exiguos dólares en efectivo que tiene a mano el BCV, las empresas podrán comprar 300 millones de dólares, monto que se traduce en un salto de 68% respecto a la subasta anterior.
Paradójicamente al anunciar la eliminación del Sitme, el sistema que fue sustituido por el Sicad, el ministro de Finanzas Nelson Merentes destacó que "el Sitme se nutría tanto de deuda del Ejecutivo como de Pdvsa. Un mecanismo que se nutra de deuda no es sostenible en el tiempo".
Si bien los bonos que serán utilizados en esta subasta ya fueron emitidos, el paso deja en claro que una vez se agoten el Gobierno está dispuesto a emitir nueva deuda para mantener la oferta en el Sicad, convirtiendo a este mecanismo en un sistema muy similar al Sitme.
Para alimentar al Sitme el Ministerio de Finanzas y Pdvsa emitieron deuda por 17 mil millones de dólares a elevadas tasas de interés que tendrá que ser cancelada en el futuro.
Aparte de los bonos, está previsto que el Sicad se alimente de divisas en efectivo provenientes del Fonden, un fondo donde el Gobierno almacena parte de los petrodólares, las reservas en efectivo del Banco Central y lo que quieran colocar las empresas privadas.
Fuentes financieras explican que en este momento las reservas en efectivo del Banco Central se ubican por debajo de 2 mil millones de dólares, un monto que no permite mayor flexibilidad porque aparte del Sicad, estas reservas son las que se utilizan para cubrir la demanda de divisas en Cadivi.
En un entorno donde la caída de la producción obliga a depender más de las importaciones, el Gobierno mantiene convenios con países a los que vende petróleo a descuento, la cantidad de barriles que extrae Pdvsa declina y la suma a cancelar por deuda externa registra un salto importante, es inevitable que desciendan las reservas en efectivo.
La disponibilidad del Fonden es mínima porque tiene que cubrir proyectos de inversión que requieren desembolsos de dólares y el sector privado prácticamente no exporta y no cuenta con divisas en cantidades importantes.
El Sicad está lejos de alcanzar el objetivo de disminuir la sequía de divisas en el sector privado. El Sitme le inyectaba al mercado 34 millones de dólares diarios y hasta ahora el Sicad solo ha significado 20 millones de dólares al día.
Además las empresas no pueden utilizar las divisas que compran para cancelar la deuda con los proveedores y no saben cuándo serán convocadas.
Fuentes financieras explican que tras la experiencia de las dos primeras subastas la mayoría de las empresas comenzó a introducir órdenes de compra donde apuestan a un tipo de cambio entre 9 y 11 bolívares por dólar.
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