Por Teodoro Petkoff/TalCualDigital
¿A cuenta de qué pide Maduro una Ley Habilitante? El pretexto aducido es el de que le hace falta para luchar contra la corrupción. El pretexto mismo es inmoral. El país no necesita más leyes contra la corrupción porque ya las tiene, en particular una con ese nombre.
Lo que el país reclama es que las leyes sean aplicadas. Si esto es así y así es, entonces, ¿para qué exige Maduro que le sean otorgados poderes especiales? ¿Acaso una nueva ley, paralela a las existentes, va a lograr el milagro de que sean aplicadas? Aquí hay gato encerrado.
Sin embargo, lo más insólito del asunto es que Maduro asevera que el blanco de su cruzada es la corrupción ¡de la oposición! Esto ya no es cinismo sino la más rampante sinvergüenzura. Una gente que tiene en sus manos todos los poderes del Estado, 20 de 23 gobernaciones de estado, más de 200 alcaldías de 335, mayoría parlamentaria, es decir, una ancha sabana donde pueden pastar a su gusto todos los corruptos del mundo, tiene los riñones de acusar de corrupción a una oposición que cuenta tan sólo con 3 gobernaciones y menos de un centenar de alcaldías. Sin embargo, este no es el punto.
El punto es que la oligarquía chavista ha aprovechado con sin igual rapacidad la infinita longaniza de las instituciones que controla para robar a más y mejor, con una impudicia de la cual la mayor muestra es precisamente la que hemos citado: lanzar sobre sus opositores las toneladas de su propia inmundicia.
Un recuento breve, hecho al azar de la memoria, de las cuentas del hamponato chavista arrojaría la siguiente lista pestilente.
Comencemos con Pdval, bautizada por la gente (por algo será) como Pudreval.
Según la Fiscalía se perdieron 2.200 millones de dólares. Aunque el caso salpicó a un familiar directo de Rafael Ramírez, los tres únicos imputados chinitos de Recadi esperan juicio en tranquila libertad.
Illaramendi: quien se declaró culpable de la “desaparición” de 540 millones de dólares del Fondo de Pensiones de Pdvsa. El responsable de los movimientos bancarios de Pdvsa es Rafael Ramírez. Anunció investigación pero, como de costumbre, no ha habido nada.
Vamos a acelerar, sólo enumerando: Cadivi, denunciado hasta por Giordani, Betancourt y Mario Silva; comisiones milmillonarias con sobreprecios de Corpolec, Plan Bolívar 2000; los multisápidos guisos en las empresas de Guayana; Diosdado Cabello, que necesita él solo una Contraloría; Bandes, descubierto gracias al Imperio; el maletinazo de Antonini y sus 800 mil dólares para la pana Cristina; fraude de las notas estructuradas; el central azucarero de Barinas; el avión presidencial, comprado sin partida presupuestaria; la lista interminable de las tropelías, abusos de poder y casos de corrupción de la familia Chávez en el estado Barinas. La lista es varias veces más larga pero se agotó el espacio del editorial, así que aquí dejamos esta muestra para que Maduro la tome en cuenta a la hora de que se lleve a cabo el debate sobre la corrupción, que él mismo propuso, si es que no se raja.
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