Qué duda cabe!, la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, tiene que estar muy agotada. Eso de pasar años persiguiendo opositores y acusándolos de lo que sea para complacer al "gigante" destructor y ahora a los herederos, debe ser agobiante.
Mas aún su empeño en hurgar en la historia hechos trágicos ocurridos hace cincuenta años. Pero siempre hay impertinentes que le piden se ocupe de la larga lista de corruptos del régimen, de la violación permanente a la Constitución, de la impunidad con la que actúa el régimen contando con la subalternidad de las instituciones del "Estado".
Ni modo, tomó unosdías para descansar, como cualquier mortal. Y, ¿Adonde fue a recuperar fuerzas? ¿A Guanabacoa? ¿A Oruro? ¿A Managua? ¿A Corea del Norte? ¡Yo te aviso chirulí!
A la hermosa ciudad de Brujas, en Bélgica, país capitalista que antaño fuera uno de los imperios más terribles de que se tenga noticias.
Paseaba con un grupo de amigos por la antigua plaza central de la pequeña ciudad. Los sitios mencionados son para los bolsas que creen en la revolución, los que están claros, van a las grandes ciudades del capitalismo, pues allí esta el lujo, la buena vida, los placeres burgueses, en fin.
TalCualDigital
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