Por: VenEconomía
Nicolás Maduro, el presidente impuesto de Venezuela, ha sido noticia a nivel nacional e internacional a causa de dos viajes extrafronteras.
El primero, directo a China. Un viaje que fue camuflado con el supuesto objetivo de firmar “importantes y trascendentes” convenios de colaboración, pero en el que realmente buscaba concretar un nuevo endeudamiento a través del Fondo Binacional China-Venezuela por $5 millarditos y, según rumores, otros recursos frescos para alimentar la botija del erario público de aquí al 8D.
Tal parece que a pesar de la alharaca en torno al viaje, los resultados no fueron los que buscaba ni los convenios tienen la trascendencia que anunciaban, al menos no traen nada positivo para los venezolanos sino unos parapetos que suenan a una nueva entrega de soberanía a un país extranjero a cambio de los $5 millarditos, mientras que el dinero fresco le fue negado.
El destino del segundo viaje era New York, la cuna del mismo imperio, para asistir a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde estaba programada la primera intervención de Maduro en un organismo multilateral diferente a las entelequias del ALBA, PetroCaribe y Unasur.
Pero, a pesar de todos los preparativos y de la multitudinaria comitiva que había preparado sus maletas el viaje no se dio.
Primero, se presentaron varios tropezones y se originaron manipuladas afirmaciones por parte de la “diplomacia” venezolana sobre el otorgamiento de permisos para algunos de los invitados, especialmente algunos militares y varios de los esbirros del G2 cubano, que introdujo fricción entre las ya tirantes relaciones diplomáticas de ambos países.
Cuando parecían superados los traspiés y cuando se pensaba que Maduro y su extensa corte de familiares, amigos, guardespaldas, médicos y embellecedores de imagen, abordarían la inmensa aeronave de Cubana de Aviación, el mandatario sorprendió a todo el mundo al anunciar desde Vancouver que regresaba a Caracas a cumplir “agenda intensa en la calle”…, exclamando que venía a Venezuela por “Trabajo y más trabajo para seguir teniendo Patria”.
Cosa curiosa, ese miércoles no se vio en Caracas ni en ninguna parte del país la mencionada “intensa actividad de calle” de Maduro y el “trabajo” que se le ha observado es el lanzamiento de acusaciones a diestra y siniestra contra el imperio y la oposición venezolana, declaratorias sobre supuestos sabotajes y planes contra su vida que lo hicieron desistir de ir a la Asamblea de la ONU. Lo grave es que ni siquiera se tomó el trabajo de presentar pruebas de nada de lo que vocifera, a pesar de que Estados Unidos lo conminó a mostrarlas.
De las verdaderas razones de la suspensión del viaje se sabe poco realmente. Unos dicen que por órdenes de los Castro por x,y o z razones. Otros porque estaban sonando ruidos en los cuarteles. El Universal de hoy, explica que habría sido por la advertencia que hiciera el gobierno de Estados Unidos a la Cancillería venezolana de que el avión de Cubana aunque sí podría aterrizar en New York, el gobierno de Obama no se hacía responsable de que “una corte fallara por las demandas que tienen los contrarrevolucionarios cubanos y que podrían embargar el avión cubano, y que no sería su responsabilidad sino de una corte".
De este hecho surge una pregunta ¿y por qué no viaja con el Airbus 319 CJ adquirido en 2002 para uso de la Presidencia de la República? Respuesta corta: Este bien público adolece del mismo mal del que mueren todos los bienes de Venezuela en tiempos de revolución ¡desidia y falta de mantenimiento!
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