lunes, 13 de enero de 2014

La escasez se presenta como el peor enemigo de Maduro en el nuevo año

ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El líder de la revolución bolivariana Nicolás Maduro parece haber sobrevivido los cuestionamientos a su legitimidad, con las acusaciones de que se robó la elección de abril bajando hasta decibeles casi inaudibles, pero el mandatario enfrenta ahora un hueso más duro de roer este año: las expectativas de las bases populares de que solucione la asfixiante escasez, dijeron analistas.


Las expectativas aumentan a la par de una agudización del desabastecimiento de productos que aflige el país, llevando a la población a pasar más tiempo haciendo fila para ingresar a tiendas cuyos anaqueles están cada vez más vacíos.

Pero las medidas anunciadas hasta ahora por Maduro para superar la crisis tiene a más de un economista rascándose la cabeza.

En vez de buscar fórmulas para estimular la producción y sincerar el mercado cambiario —factores que están detrás de la crisis—, Maduro lo que ha introducido son medidas para controlar el impacto político, a través de iniciativas para ampliar el control estatal sobre la economía y la utilización de su enorme aparato de propaganda.

Se trata de remedios políticos para curar un grave problema económico adoptado por un gobierno que pese a dar muestra de estar consolidándose, sabe que está asediado peligrosamente por la escasez, dijo el asesor político Orlando Viera-Blanco.

“Todas sus políticas, todas sus decisiones están enfocadas en mantenerse y conservar el poder. Y no ha conseguido otra solución frente al desabastecimiento, frente a la iliquidez, frente al deterioro económico, que decretar el cerco de la economía, el estado comunal. Es decir, tratar de salir a controlarlo todo, y controlarlo más” sostuvo Viera-Blanco.

Pero en el lado económico de la ecuación, las soluciones brindadas hasta ahora por Maduro lo único que han hecho ha sido exacerbar el problema, como fue el caso, espectacularmente, de la ofensiva para obligar a los comerciantes a recortar los precios por debajo de los costos de reposición.

Esa medida es la causa por lo cual un buen número de tiendas se encontraban esta semana aún sin abrir sus puertas, luego de quedarse sin productos durante la gran fiesta de precios de liquidación provocada por la medida oficial.

Pese a ello, Maduro dijo la semana pasada que se apresta a introducir nuevas medidas similares, anunciando “una nueva fase de la ofensiva económica contra la usura y la especulación”.

Viera-Blanco dijo que se nota un alto grado de improvisación y desesperación en este tipo de pronunciamiento, así como en las medidas que han sido introducidas hasta ahora.

“Lo que está haciendo es tratar de defenderse. Es la única manera que el gobierno percibe mantenerse en el poder, y no es otra cosa que controlar más al venezolano, controlarlo hasta en la manera de ir al baño”, dijo el asesor.

Pero esas medidas solo incrementaron el problema, dijo.

“Son medidas que nacen de una visión colectivista, una visión comunista, cubana, que está asfixiando al país en pleno siglo 21”, expresó Viera-Blanco.

Oswaldo Ramírez, presidente de ORC Consultores, dijo que este escenario se presenta luego de que Maduro lograra pasar la página a la crisis de legitimidad que venía enfrentando al inicio de su gobierno, cuando su presidencia era cuestionada por una robustecida oposición que le acusaba de haberse robado las elecciones.

Pero Maduro, con el correr del año pasado, logró crearse para sí un nuevo manto de legitimidad, primero dejando entrever entre las bases del chavismo de que él es efectivamente la persona que está a cargo, y segundo al conseguir niveles de reconocimiento de la propia oposición.

No obstante, el nuevo líder de la “revolución bolivariana” se encuentra ahora frente a un nuevo ciclo de grandes retos ligados con la necesidad de satisfacer las grandes expectativas de las bases populares que recaen sobre él.

Satisfacciones que requieren de recursos económicos que el chavismo ya no tiene.

“Ahí viene lo que yo creo que va a ser la fuente de conflicto permanente en el 2014, la insatisfacción de necesidades”, dijo Ramírez

“El gobierno no va a poder entregar los mismos flujos que estuvo entregando en los últimos dos años. No tiene los ingresos, y va continuar disminuyendo los aportes y los retrasos a las misiones [programas sociales]”, explicó.

La base del chavismo comenzará a ser erosionado por el incumplimiento de las expectativas de que el gobierno les lleve a una mejor calidad de vida y que abarcan todo un conglomerado de necesidades, que incluyen: viviendas, un adecuado suministro eléctrico, la delincuencia, el desempleo, y últimamente con urgencia, la inflación y el desabastecimiento de productos.

En un intento por comprarse tiempo, el gobierno hecho uso de su vasto aparato comunicacional, utilizándolo para responsabilizar a sus adversarios por el fracaso de sus propias políticas.

Para ello, el régimen ha estado empleando tácticas de propaganda ideadas por Joseph Goebbels, en la Alemania Nazi, creando ante la opinión pública un grupo antagónico, un perverso enemigo único, que le permita polarizar, desviar la atención y conseguir una narrativa para convencer a sus bases que la responsabilidad de los problemas del país pertenece a otros, dijo.

“Es por eso que salieron con la Trilogía del Mal, en el campo político, y después pasaron a la Guerra Económica, responsabilizando a los empresarios por los problemas económicos de país”, comentó Ramírez.

Y es una estrategia que le ha brindado sus frutos.

Al inicio de la campaña propagandística, cerca de un 3 por ciento de los venezolanos creían que los empresarios eran los responsables de los problemas de escasez.

Hoy en día, esa proporción está en el orden del 22 por ciento, dijo.

El Nuevo Herald

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