Los usuales gritos de los asistentes a actos oficiales no se escucharon
ENDER MARCANO | EL UNIVERSAL
Euforia es una palabra que fácilmente se puede asociar con los sentimientos que provocaba Hugo Chávez entre sus seguidores. Ayer en la Asamblea Nacional quedó claro, una vez más, que la muerte del comandante enterró consigo esta emotividad y espontaneidad entre los seguidores rojos. La presentación del mensaje anual de Nicolás Maduro tuvo como contexto a un público como la noche caraqueña: frío.
En enero del 2012, durante su última rendición de cuenta Chávez estuvo acompañado por una caravana desde Miraflores hasta el Palacio Federal Legislativo, y los alrededores también estuvieron copados. Ayer, en la presentación del primer año de gestión de Maduro, esto cambió.
No hubo caravana, y las calles adyacentes a la Asamblea Nacional no estuvieron abarrotadas de personas.
Para el mediodía ya estaban montadas las tribunas y pantallas. A las tres de la tarde comenzaron a llenarse las tribunas, pero con claros aún.
La entrada este del Palacio Legislativo fue la que lució más congestionada. Precisamente allí se apostaron protestantes. Simpatizantes del Gobierno se colocaron en el principal acceso a la Asamblea Nacional con pancartas para exigir la liberación del ex alcalde de Maturín, Numa Rojas, quien fue encarcelado en diciembre por supuestos hechos de corrupción durante su gestión de 2005 a 2009. Rojas fue un candidato disidente del chavismo en las pasadas elecciones del 8 de diciembre, y Maturín fue ganado por la Unidad.
Retraso acostumbrado
Esperar puntualidad en los actos oficiales está de más, y ayer no fue la excepción. A las 4 de la tarde, hora a la cual fue convocada la sesión especial, apenas estaban llegando los gobernadores del PSUV, diputados del oficialismo y la Unidad, así como representantes de delegaciones extranjeras.
A las 4:30 de la tarde la jefa de prensa presidencial, Teresa Maniglia, afinaba los últimos detalles de la cobertura que se daría a la llegada de Maduro a los jardines del Palacio Federal.
Mientras que las sillas dentro del Parlamento seguían sin llenarse, y los usuales gritos en favor de la revolución estuvieron ausentes. Sólo hubo un tímido intento por entonar "Patria Querida" por parte del público, pero quedó en eso.
Finalmente a las 5:30 llegó la camioneta con el presidente Maduro, quien venía acompañado por el Rafael Ramírez, vicepresidente para el área económica, lo cual fue el preludio de los anuncios que hizo el Ejecutivo un par de hora más tarde.
La gran ausente en la llegada de Maduro a la Asamblea fue la "primera combatiente", Cilia Flores. El mandatario explicó que Flores se quedó en casa recuperándose de una lechina que padece.
A las 6:15 inició la sesión especial de la voz del presidente de la AN, Diosdado Cabello. Diez minutos más tarde el presidente Maduro iniciaría sus cuatro horas de discurso.
Pero los asistentes a los jardines del Parlamento no esperaron para ir abandonando el Palacio. Apenas 20 minutos después de iniciado el discurso se habían vaciado casi en su totalidad las sillas dentro de la AN, una muestra más de la frialdad de los asistentes al acto encabezado por Maduro.
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