Por: VenEconomía
La maquinaria informativa del gobierno de Nicolás Maduro ha adelantado que dará importantes anuncios sobre lo que depara a los venezolanos este 2014.Sobre lo que es seguro que Maduro, conducido por sus mentores cubanos, no dirá ni pío es sobre la hegemonía comunicacional que está consolidando el proceso aprovechándose de la sequía de divisas.
Es harto conocido por los venezolanos, y también en muchas instancias internacionales, que los gobiernos de la revolución castrocomunista de Hugo Chávez y Maduro llevan más de una década trabajando para obtener el control de la información que llega a la población venezolana y la que se transmite al mundo.
Leyes, como la Ley Mordaza, y todo tipo de presiones a los medios de comunicación han venido cercenando sostenidamente derechos humanos fundamentales consagrados en la Constitución Nacional, como son el derecho a ser informado en libertad y objetivamente, y el de la libre expresión.
Comenzó eliminando sostenidamente los medios radioeléctricos privados independientes del país, para conformar una logia de medios apegados a la línea informativa del gobierno, carentes de crítica y análisis objetivo, veraz e investigativo. Como ejemplos sobrevivientes de esta sujeción comunicacional se encuentran desde 2003 Venevisión y Televen y en el último año, Globovisión, que acosado por milmillonarias multas que lo ahorcaron económicamente, persecuciones legales a sus propietarios, agresiones y presiones de todo tipo a sus periodistas y analistas fue vendido a "empresarios” cercanos al oficialismo, quienes dieron giro de 180° a la línea editorial combativa que lo caracterizaba.
Mientras ha creado medios audiovisuales públicos, comunitarios y alternativos, que van desde la televisora con cobertura internacional Telesur, instrumento de promoción de los gobiernos de América afectos al castrocomunismo, hasta la última creación: la televisora de la Fuerzas Armadas.
También desde hace años, a través de una serie de leyes viene coartando la información que trasciende a la opinión pública, prohibiendo temas a tocar por los medios, como es el caso de la paridad cambiaria, el desabastecimiento de bienes básicos e incluso, los ingresos a las morgues del país.
Un caso emblemático de coacción informativa es el del general Francisco Usón, quien fue acusado y condenado por injuriar, ofender o menospreciar a las Fuerzas Armadas Nacionales luego de explicar en un programa radial lo que era un lanzallamas, arma con la que se les cercenó la vida a dos soldados que pagaban castigo reglamentario en Fuerte Mara, estado Zulia.
En los últimos meses viene avanzando en el control de los medios impresos. Demandas, multas, presiones a los anunciantes, limitaciones a las fuentes públicas de información, persecución a periodistas y dueños de revistas y periódicos se han utilizado a discreción del Ejecutivo Nacional para acallar las denuncias y la situación de caos del país. El último asalto a la libertad y diversidad de la información se está dando con el control y restricción de divisas para comprar papel periódico. Varios medios regionales salieron de circulación en 2013. Para inicios de 2014, los principales medios nacionales, como El Nacional y El Universal, y regionales como El Impulso y El Correo del Caroní, han informado sobre el agotamiento de sus inventarios y el riesgo que corren de cierre definitivo.
De consolidarse este cierre, el gobierno y los Castro habrán logrado su objetivo: el control total de la información en Venezuela. Los venezolanos y el mundo sólo conocerán una Venezuela “chévere” donde no hay inflación ni escasez ni hambre en un grueso de la población, donde la delincuencia no mantiene un estado de sitio a sus habitantes, y donde no tienen cabida la inmundicia en las vías públicas, ni hospitales públicos derruidos, ni existen presos políticos.
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