Por: VenEconomía
Hace unas semanas, cuando llegó el fin de 2013, miles de venezolanos dieron un respiro de alivio al ponerle término a uno de los años más nefastos que se recuerde en las últimas décadas del país.
Las promesas previas a los comicios del 8 de diciembre y las de fin de año de Nicolás Maduro van quedando en ilusiones, mientras que las decisiones erradas que se tomaron para recuperar el terreno perdido luego de la muerte del líder supremo, tal como anticipó VenEconomía y muchos otros analistas sensatos, siguen poniendo a la nación al revés.
Por ejemplo, las fiscalizaciones, inspecciones a las redes comerciales; las detenciones de propietarios, socios y gerentes de grandes, medianos y pequeños comercios; las multas; las medidas para fijar ficticiamente “precios justos” y el arrase de la mercancía aupado desde la Presidencia, no solo dejaron secos de inventarios a los comercios sino que, peor aún, sus propietarios a la fecha no tienen idea de cómo van a reponer los inventarios. El gobierno sigue sin soltar las divisas, y este candado afecta a todos los sectores que dependen de las importaciones, entre otros, alimentario, farmacéutico, ropa, calzado, papelero y automotriz.
Se esperaba que el Ejecutivo Nacional anunciaría políticas importantes antes del fin de año, empezando con la tasa de cambio, seguido por el precio de la gasolina y un plan para reponer los inventarios de las empresas devastas por el “Dakaso”.
De eso, nada. Es más, apenas transcurridos 13 días de este 2014, se percibe un año más difícil aún, en lo económico, político y social.
Para colmo, el Banco Central no ha informado cuál fue la inflación de diciembre (y el año completo) ni tampoco ha dado a conocer sus estimaciones económicas preliminares.
¿Qué les pasa? Pareciera que la toma de decisiones está paralizada por los conflictos internos del gobierno. O, lo que sería peor, es que el gobierno sencillamente no tiene idea de cómo proceder ante el caos que generó. O, ¿será que Maduro está esperando instrucciones desde La Habana?
Por un lado el gobierno evade irresponsablemente anunciar una devaluación abierta, mientras incluye en el SICAD a sectores que hasta ahora obtenían divisas a Bs.6,30:$ por Cadivi, lo cual en la práctica es una devaluación parcial encubierta.
Por otro lado, mantiene en el limbo la autorización de los cupos de internet que hasta ahora se renovaban automáticamente al iniciar el año.
Al sector automotriz lo mantienen con una soga al cuello, mientras espera una definitoria de la política que regirá para la importación, y compra y venta de vehículos. En este rubro sólo se sabe que el gran importador será el gobierno y que los países que lo abastecerán podrán ser todos los que interesen a la “revolución” menos los Estados Unidos.
Las indefiniciones de Maduro también están afectando a las líneas aéreas internacionales a las cuales les adeuda miles de miles de dólares. La venta de pasajes con destinos internacionales cada vez es más limitada, y las líneas nacionales están más sobrecargadas para abastecer los destinos nacionales.
Adicionalmente, Maduro sigue desojando la margarita en cuanto a si aumenta o no el precio de la gasolina.
Y si esto no fuese lo suficientemente preocupante, la irresponsable y negligente política en materia de seguridad que se patentizó en más de 24.000 ciudadanos víctimas de la desbordada delincuencia en 2013, vaticina que en 2014 seguirá la carrera ascendente que emprendió hace más de una década.
Con este prontuario, se le dificulta a VenEconomía desearles a sus lectores un Feliz Año.
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