Por: VenEconomía
Este jueves 24 de abril, Venezuela dio otro paso más en la dirección equivocada, profundizando aún más la distancia entre un Estado de Derecho, Justicia y Libertad. Ese paso lo dio la Sala Constitucional al quitarle a los ciudadanos el derecho a la protesta pacífica y sin armas, que garantiza el artículo 68 de la Carta Magna, al sentenciar que el mismo “no es un derecho absoluto y, por tanto, para ejercerlo se debe “agotar el procedimiento administrativo de autorización ante la primera autoridad civil de la jurisdicción correspondiente”. O sea, ahora hay que pedir permiso para ejercer un derecho garantizado explícitamente por la Constitución.
Mientras en otro lugar de Caracas, Cedice Libertad (el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico) celebraba su 30 aniversario, reuniendo a un grupo de los más destacados intelectuales y defensores de la democracia y los derechos de libertad de Venezuela y el mundo, en el foro "América Latina: La libertad es el futuro". Entre otros muchos, los charlistas incluyeron a Luis Pazos, Mario Vargas Llosa, Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Sabino, Gerver Torres, el alcalde mayor Antonio Ledezma, el alcalde de Chacao Ramón Muchacho y los estudiantes.
Cedice Libertad desde su fundación en 1984, se ha mantenido firme en su línea de defensa y promoción de la libertad individual, la iniciativa privada, los derechos de propiedad, gobierno limitado y búsqueda de la paz.
Hoy, bajo la presidencia de Rafael Alfonzo, Cedice Libertad vuelve a producir la noticia al reunir a estos connotados defensores de la libertad para que ventilen un tema que es ajeno a un gobierno que lleva tres quinquenios estatizando la economía, centralizando todo el poder, confiscando al sector productivo, aplicando todo tipo de controles y presiones sobre la sociedad civil y coartando las más elementales libertades y derechos constitucionales.
En la jornada de este jueves, Mario Vargas Llosa, uno de los intelectuales más influentes y reconocido de Hispanoamérica, un ciudadano del mundo que ha sido frontal en combatir los regímenes dictatoriales del Continente, fue contundente al catalogar al régimen de Chávez y Maduro como “un anacronismo radical” que ha llevado a que Venezuela se aleje de la modernidad durante los últimos 15 años. Y mostró una profunda tristeza al “ver que el país más rico de América Latina, y potencialmente uno de los más ricos del mundo, hoy viva la más alta inflación del continente y el menor crecimiento". Esto así, mientras otros países del Continente, con menos recursos y potencial, están mostrando mejoras en la educación, en los indicadores de pobreza, y en el fortalecimiento de sus economías y el control de la criminalidad, entre ellos, Chile, Brasil, Colombia, Perú e, incluso, Nicaragua, país que es beneficiario de las prolíferas ayudas del petro Estado venezolano.
Y entre otras verdades, expresó que "es irracional empeñarse en defender dogmáticamente ideas que la realidad contradice o disminuye. Creo que el tipo de sistema que desgraciadamente se ha querido imponer en Venezuela es un sistema que la realidad ha desmentido no una, sino cientos de veces".
La neutralidad de los gobiernos de la región y el mundo también es un tema de crítica para el escritor, la cual cataloga de “complicidad”, una posición de riesgo pues como afirma Vargas Llosa, en Venezuela “hay una peste que se puede extender por la región”.
Los medios han destacado las declaraciones de Vargas Llosa, opacando así el hecho de que Vargas Llosa fue uno de 40 charlistas, cada uno de las cuales hacía eco del mensaje central que no es el socialismo, sino que es la libertad lo que genera riqueza y reduce la pobreza. Tesis confirmada por la experiencia de todos los países: mientras mayor la libertad, mayor el bienestar de los ciudadanos. Es más, no existe ningún país próspero donde las libertades son restringidas.
Este repique de Cedice Libertad debería ser oído atentamente por algunos de los dirigentes políticos y empresariales que todavía muestran una ingenua incredulidad sobre el talante de este régimen y las virulentas consecuencias de sus políticas totalitarias.
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