Por: VenEconomía
Este lunes 21 de abril, El Nacional publica un artículo de la periodista Katiuska Hernández titulado “El Ejecutivo y empresarios proponen modelos para afrontar la escasez”, que merece ser leído con detenimiento, pues en él se encuentran las profundas e irreconciliables diferencias de los modelos de país que están propuestos en la mesa.
Se lee, sin sorpresa alguna, que el Ejecutivo Nacional continúa con la terca disposición de seguir llevando a Venezuela por el camino del abismo económico y social en el hoy se encuentra. El ministro de Alimentación, Félix Osorio, ratifica el dominio como eje del gobierno de Nicolás Maduro. Así como otros jerarcas de la revolución lo han repetido de una forma u otra.
Al presentar su Plan para incrementar la producción de alimentos en las plantas del Estado, Osorio proclama que el objetivo es desplazar al sector privado y dominar la producción de alimentos en tres años. Más claro, imposible. No se conforma el Estado Empresario con tener bajo su dominio el 64% de la distribución al detal de los rubros regulados. Es más, afirma el ministro que el dominio que, según él, aún tienen sobre la producción las empresas privadas “tiene que revertirse”, y según parece están trabajando en ello, pues informa a la periodista que tienen “un plan con importaciones masivas” para afrontar ese dominio.
También cabe destacar que en los seis puntos del Plan del Ministerio de Alimentación, no se ven por ningún lado medidas para incentivar la inversión, para incrementar la planta industrial, crear empleo sustentable o establecer reglas de juego claras que garanticen la seguridad jurídica del sector privado. Por el contrario, lo que se ve es más centralización y más intenciones de control del Estado en la producción, inyección de más recursos para expandir la fracasada Misión Alimentación, para incrementar la red distribuidora de alimentos y los puntos de venta al detal del gobierno, y firme intención de seguir pagando con petróleo importaciones directas de alimentos y rubros agrícolas.
Este plan parece contradecir la exclamación efectista (o desesperada) que hizo Maduro hace una semana, cuando informó que el 22 de abril arrancará una ofensiva económica pues “necesitamos una poderosa base económica que sustente el desarrollo social del país (…) Tenemos que producir más en Venezuela y producirlo todo. Hay que dejar la importadera”.
Lo único “novedoso” del Plan es que reconoce que se busca frenar el consumo mediante el control de la venta de alimentos con el nuevo registro biométrico (léase tarjeta de racionamiento a la cubana).
El ministro Osorio es uno de tantos funcionarios que aparentemente creen en el modelo cubano-comunista donde el Estado controla los medios de producción. Pero hay otros tantos que aparentemente se están dando cuenta de lo equivocado de este modelo. Son los de este segundo grupo los que han forzado la devaluación del bolívar y los ajustes de precio de los productos de la cesta básica.
El sector privado entiende que su supervivencia está en juego. Y lucha para ganar la batalla a los niveles ideológicos y en la toma de decisiones pragmáticas que conlleven a la solución de algunos de estos problemas.
Los dados están echados: A ver cuál Venezuela sobrevive.
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