Para quienes sufren a diario las calamidades que ocasiona este servicio de transporte, cada vez venido a menos, fue reconfortante registrar ayer como, durante algunas horas, el sistema musical interno transmitiera canciones interpretadas por el fallecido Cheo Feliciano.
Una clara demostración de que las instituciones del Estado pueden desarrollar iniciativas sin ponerle el odioso tinte ideológico, tal y como sucedió en los días calientes de las protestas en Altamira.
En esos días los operadores del metro no solo informaban que tales y cuales estaciones permanecían cerradas, sino que aprovechaban para pedirles a los usuarios que rechazaran "las acciones violentas de la derecha fascista".
Cort. TalCualDigital
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