ROCÍO SAN MIGUEL/TalCualDigital
El Estado militar bolivariano proyectado por Hugo Chávez Frías a partir de su ascenso al poder en 1998, encontró en el Petróleo y la Fuerza Armada Nacional los pilares para sostener la Revolución Bolivariana. Autentica zona medular o pivote del poder en Venezuela.
El control del petróleo lo logra con el despido de 18.000 empleados de la industria, bajo el argumento de haber participado en el paro nacional de 2002-2003.
De esta manera apartaba Chávez, a las "élites" del control de la renta petrolera, para dárselo al "pueblo", con criterios de discrecionalidad y opacidad absoluta en el manejo de estos recursos y dividendos, colocándolos al servicio del Proyecto de la Revolución y su permanencia en el poder.
Afiches del presidente Hugo Chávez en uniforme militar comenzarían a aparecer en la nueva imagen de la estatal Petróleos de Venezuela, a partir del control que hizo de la industria de hidrocarburos, para avanzar en el corto tiempo en la consolidación de una estructura típicamente militar de disciplina, obediencia y subordinación de la gerencia y sus empleados, al comandante y su revolución.
El control de la Fuerza Armada Nacional ha sido intentado con tres métodos básicamente: 1) A través de cuatro reformas a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (2005-2008-20092011). Ningún sector en Venezuela ha estado sometido a tantas reformas legales sucesivas. Con contenidos inconstitucionales.
2) La partidización de los mandos militares y la purga periódica de la oficialidad. Destacando las del 2004/2005 y la que se intenta ahora, 10 años después, en 2014. La razón para no avanzar en una purga después del golpe del 2002 fue la de esperar al resultado del referéndum revocatorio del 2004, momento a partir del cual, sintiéndose fortalecido, decide avanzar.
Y el tercer elemento: 3) Con la conversión de la FAN en un sector isla, carente de todo mecanismo de control democrático para erigirla en la práctica en el brazo armado de la revolución. Esta conversión en sector isla no está ausente de la paradoja de la instrumentalización y manoseo por parte del oficialismo de la llamada "unión cívico militar", que hace de la Fuerza Armada un recursos útil para la venta de alimentos, construcción de viviendas y carreteras en favor del pueblo y apoyo en general a todas los programas sociales (conocidos como misiones sociales).
La concepción de la FAN como un sector isla implica que cualquier ensayo de control democrático sobre el sector, cualquier expresión de auditabilidad del sector militar, especialmente si es ejercido por opositores, críticos o disidentes en Venezuela, es visto como una amenaza existencial a la revolución y es respondida, como ha quedado demostrado de manera más feroz por el poder, acusando a quienes lo intentan de "golpistas" y "apátridas".
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