SEBASTIÁN BOCCANEGRA/TalCualDigital
El pasado 3 de diciembre fue creada una comisión para investigar el megaguiso ocurrido en Cadivi. Ese negociado no fue denunciado por la oposición apátrida, fascista y golpista, como desde el Gobierno califican a cualquiera que no los sigue a pie juntillas, sino que fue Jorge Giordani, todavía ministro de Planificación, quien dio la primera voz de alerta, siendo secundado casi inmediatamente por la expresidenta del Banco Central de Venezuela, Edmée Betancourt.
La denuncia de estos dos connotados personeros de la revolución no ha tenido eco ni en la Fiscalía, ni en los tribunales y, por supuesto, tampoco en la Asamblea Nacional, donde sus integrantes rojos rojitos emulan a Pilatos.
En el poder legislativo, incluso, negaron expresamente dicha investigación. De la referida comisión tampoco se sabe mucho. Ayer uno de sus integrantes, el diputado Ricardo Sanguino, dijo que había corrupción en Cadivi. Descubrió el agua tibia. Nada nuevo bajo el sol.
Después de casi seis meses de "investigación" este parlamentario del PSUV nos viene a decir lo mismo que ya dijeron Giodani y Betancourt comenzando 2013. Para completar su "esclarecedora" declaración, aseguró que en Cadivi fueron muy permisivos a la hora de entregar los dólares, tan permisivos agregamos nosotros que algunos vivos se metieron en sus particulares bolsillos 20 mil millones de dólares, que no es precisamente un sencillito.
¿Quién dirigió Cadivi en esos años? ¿Sería esa persona la que actuó de manera permisiva? No hay que ser mal pensado para concluir que Sanguino está dando suficientes pistas como para poder concluir que dicha comisión no va a llegar a nada y que los amigos de la revolución metidos en este guiso disfrutarán los dólares mal habidos sin ningún inconveniente.
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