Colocar a una persona que no puede producir el petróleo que debería a hacer casas y a un arquitecto que ya demostró, en su pasantía por el cargo de ministro de Vivienda, como Farruco, que tampoco da pie con bola es la mejor garantía que casas no habrá
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
Una de las promesas electorales de Chacumbele es la construcción de 300.000 viviendas en lo que resta de aquí a las elecciones de 2012. A la fecha ya han transcurrido casi siete meses de 2011 y las cifras que reconocen los propios voceros de la Misión Vivienda no son nada halagadoras.
Según el presidente de Pdvsa, ministro de Energía y Petróleo, coordinador del Órgano Superior de Vivienda y Hábitat y suponemos que novio de la madrina, Rafael Ramírez, ya se han construido 19.848 soluciones habitacionales, de las cuales, por cierto, 6.046 se deben a la labor de la denostada empresa privada. A estas fechas deberían estar listas 75.000 viviendas, por lo que la meta les está quedando grande.
Que esta parranda de incapaces que nos gobierna no cumpla lo prometido no es novedad, raro hubiera sido lo contrario. Colocar a una persona que no puede producir el petróleo que debería a hacer casas y a un arquitecto que ya demostró, en su pasantía por el cargo de ministro de Vivienda, como Farruco, que tampoco da pie con bola es la mejor garantía que casas no habrá.
No hace mucho le echaron la culpa a las empresas cementeras y las nacionalizaron. El cemento está escaso y se consigue a precios de oro. Después la culpa era de los argentinos que manejaban Sidor, y también la renacionalizaron. Ahora produce mucho menos que antes, y cabillas tampoco hay suficientes.
Finalizando 2010 se metieron en algunos desarrollos urbanísticos, con la excusa de la especulación que en algunos casos podría existir, y la mayoría de esos desarrollos están paralizados. En hacer maquetas, traer empresarios extranjeros, invadir terrenos, anunciar obras y entregar papelitos son expertos, pero haciendo casas están ponchaos.
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