Hay una caída vertical de las reservas internacionales del BCV que limita la capacidad de importación La escasez que se avecina es de pronóstico reservado. El resultado de esas rebajas de precios está a la vista: los inventarios se agotan y habrá que reponerlos
JOSÉ GUERRA/TalCualDigital
Desesperado por el curso alcista de la inflación, Nicolás Maduro tomó un atajo muy peligroso. La inflación general del mes de octubre trepó hasta 55,3%, el alza de precios de los alimentos se cifró en 74,0% y la escasez alcanzó al 22,4%, sustancialmente mayor que la del mes anterior.
Estos números son para preocupar a cualquier gobierno. Pero esto ha sido la cosecha luego de haber sembrado la inestabilidad económica en Venezuela con una política fiscal y monetaria claramente inconsistente.
De cara a las elecciones del 8 de diciembre de 2013, las opciones para el Gobierno eran dos. La primera seguir por el camino que estaba transitando con el cual era segura su derrota en esas elecciones.
La segunda, hacer una jugada que permitiera tratar de revertir la valoración negativa que tienen los venezolanos sobre la cuasijunta de gobierno que encabeza Maduro.
Optó el gobierno por la segunda opción y se lanzó a una ofensiva, no conocida hasta ahora en Venezuela contra el sector comercial, lo que se ha traducido en ocupaciones, allanamientos e invasiones de tiendas, donde de manera forzosa se obliga a una rebaja de precios.
Quiere el gobierno mostrar un día antes de las elecciones municipales un número favorable sobre la inflación. Sin embargo, el camino escogido va a complicar la actual crisis que sufre la economía venezolana.
Ningún gobierno puede decretar una disminución de precios sin que ello afecte la producción y distribución de los bienes. El resultado de esas rebajas de precios está a la vista: los inventarios se están agotando y habrá que reponerlos, pero para hacerlo Venezuela debe realizar importaciones masivas de los bienes que actualmente los consumidores están sobredemandando en vista de la baja de los precios.
El problema está en que esa reposición de inventarios tendrá que hacerse en un momento en que se produce una caída vertical de las reservas internacionales del BCV, lo que ciertamente impone una restricción a la capacidad de importar del gobierno.
Así, como se evidencia en el gráfico adjunto, a lo largo de 2013, hasta el 14 de noviembre, las reservas de divisas del BCV han disminuido US$ 9.111 millones, equivalente a una pérdida mensual de US$ 867 millones.
A ello hay su agregar el hecho que Venezuela está perdiendo el crédito internacional debido a que tiene un gobierno maula, que no le paga a los proveedores internacionales.
RESERVAS IRRISORIAS
Por concepto de deuda acumulada por mercancía que llegó a Venezuela y fue consumida durante 2012 y 2013, debe el país más de US$ 8.000 millones y por ese hecho los vendedores están solicitando el pago de contado.
Similarmente, la fracción líquida de las reservas internacionales en manos del BCV, apenas alcanza la irrisoria cifra de US$ 1.200 millones, monto este exiguo para hacer frente a la reposición de los inventarios que debe comenzar de inmediato, para tratar de conjurar el riesgo de una escasez generalizada.
Otra de las ocurrencias del gobierno es la pretensión de fijar los precios según unos parámetros que no tienen lógica y que va a complicar el abastecimiento en el país. De acuerdo con Maduro, los precios se fijarán según la ganancia.
Pero como no hay una tasa de ganancia única para toda la economía, el gobierno se va a enredar con la fijación de los precios. No se sabe si esa ganancia será a nivel de ramo de actividad económica, como es el caso de la industria, el comercio, los servicios, entre otros o a nivel de ciertos bienes como los alimentos, electrodomésticos, repuestos automotrices y medicinas para citar algunos casos.
EL MISMO CUENTO
También ha dicho el gobierno que va a revisar las estructuras de costos. Eso mismo dijo en julio de 2011 cuando se aprobó la Ley de Costos y Precios Justos y todavía no lo ha hecho. Cuando comience esa revisión se va a encontrar el gobierno con el hecho de que los costos están aumentando debido a la devaluación de 46,0% que ocurrió en febrero de 2013, por los aumentos de salarios y por la significativa depreciación del bolívar en el mercado paralelo, que entre enero y noviembre de 2013 sobrepasa el 150%.
Mientras Maduro no encuentra qué hacer con la economía, siguen intactas las causas de la inflación, asociadas estas al financiamiento con impresión de dinero sin respaldo por parte del BCV con el objeto de financiar el déficit del gobierno. Al adentrarse en la economía más se equivoca y más le cuesta salir. Maduro en el laberinto de la economía.
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