Que el Metro de Caracas anda de mal en peor no es noticia. Ayer, alrededor de la una y veinte de la tarde, en la estación La Hoyada la cola para comprar ticket era enorme, casi se parecía a las que se están haciendo para comprar leche.
Pues bien, en la cabina había tres operadores, pero solo una taquilla abierta atendida por otro empleado.
Repentinamente se cansaron de vender los ticket y dieron puerta franca, pero diez minutos después los pasajeros que se encontraban en el anden subieron corriendo despavoridos pues, al parecer, estaban robando en el andén.
Los empleados del Metro se tomaron el asunto con soda y con mucha calma y cuando lo consideraron conveniente llamaron a la policía que, para variar, llegó tarde.
Cort. TalCualDigital
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