28% se incremento el ausentismo laboral en las industrias cuando lo normal es menos de la mitad
DULCE MARÍA RODRÍGUEZ/El Nacional
Desde el lunes 11 de noviembre los trabajadores acudieron masivamente a las tiendas para aprovechar las rebajas de precios de los electrodomésticos ordenadas por el gobierno. Resistieron en largas colas gran parte del día, lo que significó no asistir a su trabajo.
Algunos alegaron problemas familiares ante sus jefes y otros enfermedades. Fernanda García contó que llamó a su supervisora y le dijo que su hijo había amanecido con fiebre, para poder ir a Venelca en busca de una cocina y una lavadora.
Rafael González, empleado de una empresa dedicada a la venta e instalación de aire acondicionado, relató que el lunes fue a Venelca y se anotó en una lista que totalizaba 2.000 personas. A partir de entonces todos los días, hasta ayer, acudió a la cola en la tienda y permaneció allí entre tres y cinco horas. Dijo que se excusó en su trabajo diciendo que en la mañana tenia que llevar a su esposa para que se realizara unos exámenes y al día siguiente que la llevaría a la consulta con el médico. El tercer día se desapareció durante el almuerzo. “Por fin voy a entrar. Compraré una nevera y un aire acondicionado, porque los televisores ya se acabaron”, expresó.
Leidimar Ramirez trabaja en una estética que está ubicada en el centro. Se ha trasladado a Boleíta Sur durante 7 días, excepto el domingo. Ha permanecido en las adyacencias de la tienda de electrodomésticos más de 5 horas cada día. Contó: “Hoy sí entró. Compraré una nevera, la que tengo se me daño hace un mes y no me alcanzaba el dinero para adquirir otra. Con el descuento ahora sí puedo”.
Maryolga Girán, presidente de la Comisión Laboral de Conindustria, señaló que entre el lunes 11 y el martes 12 el ausentismo laboral en el sector aumentó 28% cuando lo normal es 12%. “La gente no fue a trabajar para ir a comprar electrodomésticos”, afirmó.
Agregó que gran cantidad de trabajadores solicitaron el adelanto de 75% de sus prestaciones sociales, que permite la Ley del Trabajo, para adquirir televisores, neveras, cocinas, aires acondicionados y revenderlos.
La abogada laboral aseguró que algunos trabajadores le informaron a sus empleadores que tenían que viajar al Táchira y Maicao para rebuscarse vendiendo la mercancía que habían comprado los días anteriores.
“La gente uso el patrimonio de todos sus años de trabajo para obtener línea blanca y marrón, muchos hipotecaron su futuro y el de su familia”, dijo.
Frente a la escasez. Cuando se trata de conseguir alimentos las empresas son solidarias con sus empleados y les dan permiso para ausentarse, señaló el presidente de la Comisión de Asuntos Laborales de Fedecámaras, Aurelio Concheso.
“Ya es habitual que un trabajador pida permiso para ir a comprar pollo o harina porque le avisaron que en el supermercado acaba de llegar. El problema es que la diligencia podría durar hasta cuatro horas por la cola que se tiene que hacer”, añadió.
La situación genera un efecto expansivo. Alguien llega con el alimento en una bolsa y se corre la voz entre los empleados de que tal o cual producto está disponible, apuntó.
Van saliendo poco a poco a realizar la compra o se turnan. “Esta pasando desde que se arreció la escasez”.
Yeli Torres trabaja en un hotel, pero a las 11:00 de la mañana se encontraba en el Excelsior Gama de la Rómulo Gallegos en la cola de la caja para pagar. “Le dije a mi jefe que había leche en el supermercado y que tenia que ir por ella. Tengo dos niños pequeños y desde hace un mes no la consigo, estoy rindiendo la poca que me queda. Tengo dos horas aquí y si quiere que me bote pero no puedo dejar que mis hijos pasen hambre”, expresó.
Yamilet Álvarez es camarera en una clínica. Le ofreció a su supervisor comprar el café cuando le avisaron que había pasta a precio regulado en el automercado de la esquina. “Llevo tres horas en la cola pero estoy tranquila porque llevo el café para la oficina y la pasta para mi familia, que no se conseguía a 6 bolívares desde hace tres meses”.
Persisten las colas
La gente se mantiene en colas frente a los comercios. Primero fueron los electrodomésticos, luego las autopartes para vehículos y más recientemente la atención pasó a los productos de ferretería y de computación.
A diez días de que el Ejecutivo ordenó la ocupación de Daka y la reducción de precios en todos sus productos con más de dos meses en inventario, los consumidores siguen apostados en los establecimientos intervenidos, arrasando con la mercancía en stock.
En Boleita Sur, Los Cortijos y Chacao los transeúntes tienen que caminar por las calles porque los compradores se apoderaron de las aceras. En EPA, Dorsay, Venelca, Mundo Samira, Martell y Electrónica Chacao más de 100 personas permanecen en las adyacencias, aunque el sol sea inclemente.
En todos los establecimientos se adoptó el sistema de listas con números cuyo cumplimiento controla rigurosamente la Guardia Nacional, sin embargo, la gente prefiere esperar en el lugar para ver si logra entrar antes de lo previsto.
“Al terminarse la mercancía los comerciantes cerrarán y se irán del país. Los trabajadores quedarán sin empleo y el pueblo a merced de lo que el gobierno le quiera dar, porque no habrá a dónde acudir”, dijo una mujer en la cola frente a Martell.
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