Katiuska Hernández / Eliscart Ramos/El Nacional
La venta de alimentos en el mercado informal no se detiene ni con la celebración del 19 de Abril. Policías del municipio Libertador trataban de despejar los alrededor del mercado de Quinta Crespo, pero los buhoneros fueron más ingeniosos. En lugar de mesas y tarantines, ahora andan con carretillas en las que cargan cestas de plástico con los ocho alimentos básicos más escasos en los supermercados: harina de maíz, arroz, aceite, azúcar, café, caraotas, leche en polvo y margarina. "A moverse de aquí", les gritaba un uniformado desde una moto frente al mercado. José Salazar, con 13 años en el sector informal, defiende el oficio y dice que a quienes tiene que controlar el Gobierno es a los mayoristas y distribuidores, que hacen negocio con los alimentos regulados.
"Vamos a todas partes para conseguir los productos que no tienen los supermercados y al final somos los que garantizamos el abastecimiento. La gente no sabe los milagros que uno tiene que hacer para conseguir harina, arroz, azúcar y café; hay que pagar más caro y, además, exponerse en la calle", dijo mientras trataba de maniobrar la carretilla en medio del barrial por la lluvia y los desperdicios de verduras que suelen cubrir la calle frente al mercado de Quinta Crespo.
Salazar reconoció que negocia con los mayoristas la compra por bulto de harina, azúcar, aceite y leche. "Ojala ganáramos bastante, pero la verdad es que también estamos comprando caro los alimentos", dijo. Con una libreta en mano lee: el azúcar se paga a 6 bolívares el kilo y se vende a 7 a la gente; la leche la dejan en 18 bolívares los mayoristas, para venderla a 20; la harina se consigue en 4 y por eso se vende lo más barato a 5 bolívares; el aceite de maíz está en 6 y lo mínimo en que se deja es en 7 bolívares.
"La policía nos está mandando a desalojar las calles porque van a venir a limpiar por la celebración del 19 de Abril, pero dicen que nos dejarán tranquilos a partir del martes", dijo. Se niega a la medida y se esconde en la parte posterior del mercado municipal para esperar que se vayan los agentes. Sostiene que algunos productos los traen varias personas del mercado mayorista de Coche, o lo compran a camioneros que llegan en la madrugada con la mercancía.
Nildre García es otra vendedora. Esta vez ofrece atún Antoxo, elaborado por la enlatadora Fextun del ex banquero Ricardo Fernández Barrueco, empresa intervenida por el Gobierno.
"Hoy no me arriesgo a vender mucho, por eso sólo traje atún. Yo compro la caja al mayor en 80 bolívares las 36 unidades y vendo un paquete de 3 latas por 10 bolívares", dijo con una bolsa negra en la mano que le sirve para almacenar su escaso inventario. García insiste en que no se hace dinero vendiendo comida en la calle, pero ayuda a mantener la familia.
"La gente piensa que nosotros compramos al precio regulado, pero nadie nos vende barato. Por el bulto de azúcar de 24 kilos he llegado a pagar 140 bolívares. El kilo sale en casi 6 bolívares y por eso lo vendemos en 7 bolívares", añadió.
Paradójicamente, en el mercado municipal no hay harina de maíz, aceite ni azúcar. "Para que venderlos si no se consiguen al precio regulado y puede llegar el Indepabis a sancionarnos", indicó una comerciante.
Lo que sí abunda, pero en un solo puesto, es la leche. "Esta llegando al nuevo precio regulado de 17,96 bolívares, pero nos han dicho que es posible que se agote porque el aumento no cubre los costos", dijo un expendedor del mercado de Quinta Crespo, mientras vendía un bulto de 12 kilos de La Campesina a 216 bolívares.
De Petare a Catia
Juana Ibarra, que vive en el municipio Sucre, admite que su centro de compra sigue siendo los alrededores de la redoma de Petare. "Cuando hay escasez de algún producto, no queda otra opción que venir a comprarlo a los buhoneros", indicó. Añadió que esos comerciantes exageran con los precios, pues la harina precocida la tienen hasta en 10 bolívares el kilo.
Y es que desde Catia hasta Petare los vendedores informales han tomado el control de la venta de alimentos y se han vuelto la mayor competencia de las cadenas de supermercados, mercados municipales y pequeños comerciantes.
En los supermercados tratan de controlar la venta y sólo dejan llevar dos kilos de azúcar y dos de leche por persona. En algunos establecimientos de Catia, cuando los buhoneros se enteran de que ha llegado azúcar, van en grupos a comprar el producto para luego revenderlo en la calle con sobreprecio. "Los buhoneros abusan con los precios del café y el azúcar, y no hay nadie que regule esos", dijo Liliana Mendoza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario