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La UE extiende las sanciones dictadas por la ONU a más cargos del régimenR. M. DE RITUERTO - Bruselas
La comunidad internacional metió ayer toda la presión no militar posible sobre Muamar el Gadafi al exigirle que deje el poder sin verter más sangre, advertirle de que responderá de sus acciones y congelarle bienes y activos. El objetivo era doble: estrechar al máximo el cerco y hacer ver a sus leales que serán tendidos por cómplices para que así den un golpe de mano.
El frente de presiones presentó dos líneas de ataque: en Ginebra, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y en Bruselas. Las sugerencias de algunos países occidentales de prohibir el sobrevuelo del espacio aéreo libio, con el consiguiente despliegue militar, estaba pendiente de la iniciativa que pudiera adoptar Washington. Rusia, cuyo concurso es necesario para una resolución del Consejo de Seguridad, apuntó en Ginebra que nadie le había planteado la cuestión.
La reunión de ministros de Exteriores llegados de todo el mundo para asistir a la sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra se convirtió en un intenso vaivén de reuniones, declaraciones y discursos entre los que Hillary Clinton marcó el tono: "Ha llegado la hora de que Gadafi se vaya, ahora, sin más violencia o dilación".
"Hemos visto a las fuerzas de seguridad del coronel abrir fuego sobre pacíficos manifestantes. Han empleado armamento pesado contra civiles. Se ha lanzado a mercenarios y matones contra los manifestantes", enumeró la secretaria de Estado en su discurso, antes de proseguir con la ejecución de soldados por no disparar contra la población, los asesinatos indiscriminados y las detenciones y torturas masivas. "Gadafi y quienes le apoyan deberán responder de estos actos", sentenció
La comunidad internacional quiere acelerar la caída del régimen y para ello ha presentado un frente unido con pocos precedentes para aprobar medidas de acoso y derribo, aunque el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, aventura que aun así Gadafi podría resistir semanas.
El paquete de sanciones adoptado el sábado por el Consejo de Seguridad (embargo de armas, prohibición de salir del país a Gadafi y su entorno y congelación de activos a la familia, además de pedir al Tribunal Penal Internacional que tome cartas en el asunto por crímenes contra la humanidad) fue asumido ayer por la Unión Europea con aportaciones propias: a las armas se suma el material antidisturbios; las 16 personas a las que se negará visado en todo el mundo serán 26 en lo relativo a la Unión, y la congelación de activos correspondientes a Gadafi y cinco de sus familiares se aplicará a ellos y otros 20 más en Europa.
El deseo de ejercer más presión ante un hombre que ha perdido la noción de su verdadera situación -según el ex primer ministro británico Tony Blair, que habló con él durante el fin de semana- llevó a los europeos a plantearse nuevas medidas. Una de ellas, propuesta por Alemania a Estados Unidos y secundada por otros Gobiernos de la Unión, es suspender todos los pagos a Libia durante 60 días.
Se barajaba también ayer en Ginebra la pertinencia de que la comunidad internacional cierre el espacio aéreo libio, del que, según algunas informaciones no contrastadas, se están beneficiando pilotos mercenarios ucranios para operaciones de bombardeo sobre objetivos civiles.
"Es algo que estamos discutiendo. No hay decisión todavía", reveló Catherine Ashton, la coordinadora de la política exterior de la Unión, tras entrevistarse con Clinton. "Es un asunto bastante complicado". A William Hague, jefe de la diplomacia británica, la idea le parece buena, si bien establece condiciones: "Hemos de tener claros los objetivos, tener la certeza de que se van a salvar vidas, contar con los medios necesarios para llevarla a la práctica y contar con el mayor apoyo internacional posible". Italia y Australia respaldan la iniciativa.
El clima de entendimiento internacional ante la crisis libia debería suponer una nueva resolución del Consejo de Seguridad, donde Rusia y China, con poder de veto, repudian injerencias de ese tipo. Interrogado Serguéi Lavrov, el ministro de Exteriores ruso, sobre si había tratado el asunto con Clinton, respondió: "En absoluto. Nadie lo ha planteado".
Para Moscú y Pekín, la vertiente militar abre la vía a soluciones indeseables. Vladímir Putin, el primer ministro ruso, se manifestó la semana pasada en Bruselas contrario a salidas de ese tenor y reclamó el máximo tacto a la comunidad internacional.
Las medidas contra el régimen
- Embargo a la exportación de armas y material antidisturbios.
- Prohibición de salir del país a Gadafi y a su entorno.
- Congelación de los activos del coronel y de su familia en territorio comunitario.
- Denegación de visados para entrar en la UE.
- Pedir que el líder libio sea llevado ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.
El frente de presiones presentó dos líneas de ataque: en Ginebra, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y en Bruselas. Las sugerencias de algunos países occidentales de prohibir el sobrevuelo del espacio aéreo libio, con el consiguiente despliegue militar, estaba pendiente de la iniciativa que pudiera adoptar Washington. Rusia, cuyo concurso es necesario para una resolución del Consejo de Seguridad, apuntó en Ginebra que nadie le había planteado la cuestión.
La reunión de ministros de Exteriores llegados de todo el mundo para asistir a la sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra se convirtió en un intenso vaivén de reuniones, declaraciones y discursos entre los que Hillary Clinton marcó el tono: "Ha llegado la hora de que Gadafi se vaya, ahora, sin más violencia o dilación".
"Hemos visto a las fuerzas de seguridad del coronel abrir fuego sobre pacíficos manifestantes. Han empleado armamento pesado contra civiles. Se ha lanzado a mercenarios y matones contra los manifestantes", enumeró la secretaria de Estado en su discurso, antes de proseguir con la ejecución de soldados por no disparar contra la población, los asesinatos indiscriminados y las detenciones y torturas masivas. "Gadafi y quienes le apoyan deberán responder de estos actos", sentenció
La comunidad internacional quiere acelerar la caída del régimen y para ello ha presentado un frente unido con pocos precedentes para aprobar medidas de acoso y derribo, aunque el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, aventura que aun así Gadafi podría resistir semanas.
El paquete de sanciones adoptado el sábado por el Consejo de Seguridad (embargo de armas, prohibición de salir del país a Gadafi y su entorno y congelación de activos a la familia, además de pedir al Tribunal Penal Internacional que tome cartas en el asunto por crímenes contra la humanidad) fue asumido ayer por la Unión Europea con aportaciones propias: a las armas se suma el material antidisturbios; las 16 personas a las que se negará visado en todo el mundo serán 26 en lo relativo a la Unión, y la congelación de activos correspondientes a Gadafi y cinco de sus familiares se aplicará a ellos y otros 20 más en Europa.
El deseo de ejercer más presión ante un hombre que ha perdido la noción de su verdadera situación -según el ex primer ministro británico Tony Blair, que habló con él durante el fin de semana- llevó a los europeos a plantearse nuevas medidas. Una de ellas, propuesta por Alemania a Estados Unidos y secundada por otros Gobiernos de la Unión, es suspender todos los pagos a Libia durante 60 días.
Se barajaba también ayer en Ginebra la pertinencia de que la comunidad internacional cierre el espacio aéreo libio, del que, según algunas informaciones no contrastadas, se están beneficiando pilotos mercenarios ucranios para operaciones de bombardeo sobre objetivos civiles.
"Es algo que estamos discutiendo. No hay decisión todavía", reveló Catherine Ashton, la coordinadora de la política exterior de la Unión, tras entrevistarse con Clinton. "Es un asunto bastante complicado". A William Hague, jefe de la diplomacia británica, la idea le parece buena, si bien establece condiciones: "Hemos de tener claros los objetivos, tener la certeza de que se van a salvar vidas, contar con los medios necesarios para llevarla a la práctica y contar con el mayor apoyo internacional posible". Italia y Australia respaldan la iniciativa.
El clima de entendimiento internacional ante la crisis libia debería suponer una nueva resolución del Consejo de Seguridad, donde Rusia y China, con poder de veto, repudian injerencias de ese tipo. Interrogado Serguéi Lavrov, el ministro de Exteriores ruso, sobre si había tratado el asunto con Clinton, respondió: "En absoluto. Nadie lo ha planteado".
Para Moscú y Pekín, la vertiente militar abre la vía a soluciones indeseables. Vladímir Putin, el primer ministro ruso, se manifestó la semana pasada en Bruselas contrario a salidas de ese tenor y reclamó el máximo tacto a la comunidad internacional.
Las medidas contra el régimen
- Embargo a la exportación de armas y material antidisturbios.
- Prohibición de salir del país a Gadafi y a su entorno.
- Congelación de los activos del coronel y de su familia en territorio comunitario.
- Denegación de visados para entrar en la UE.
- Pedir que el líder libio sea llevado ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.
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