Por: VenEconomía
En 1998 cuando Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela, los medios de información, en sus distintas formas, eran medios libres. Pero en los 14 años que Chávez estuvo al mando del país, el gobierno avanzó hacia una hegemonía comunicacional con el objetivo de monopolizar la información y ponerla al servicio de la promoción de los “logros” del proyecto revolucionario y el adoctrinamiento de la población.
Sólo en el área audiovisual existían para ese entonces más de media docena de canales de televisión privada, algunos especializados y dirigidos a públicos de interés definido, en áreas de entretenimiento, ciencia y cultura, musicales, deportivos y de noticias. Mientras que el Estado sólo contaba con dos canales de TV en señal conjunta, Venezolana de Televisión y la Televisora Nacional.
En la avanzada comunicacional, el Gobierno quitó la señal a Radio Caracas TV, promulgó leyes penales para regular los medios, lo que obligó a varios canales privados a aplicarse la perniciosa autocensura, y pasó a controlar una media docena de televisoras, entre ellas una de proyección regional, sin contar con la red de televisoras comunitarias.
Globovisión, un canal de noticias 24 horas fue uno, entre otro par de canales dedicados al deporte y la cultura, que logró sobrevivir a duras penas a este cerco gubernamental, presionado por millonarias multas, inspecciones de entes reguladores de todo tipo y ataques a sus instalaciones por grupos violentos afectos al gobierno.
Ahora, el gobierno bajo el cuestionado mando de Nicolás Maduro, vuelve a la carga contra la libertad de expresión.
Para comenzar ya dio el primer paso hacia la imposición de la Televisión Digital Abierta (TDA), que obligará a las televisoras analógicas a migrar a digital, dejando ¡oh sorpresa! a la crítica Globovisión por fuera de esa parrilla. Esto pudiera haber sido la gota que derramó el vaso, pues los hasta hace poco propietarios de Globovisión, viendo que más temprano que tarde el gobierno los eliminaría, vendieron el canal a un grupo que se afirma es cercano a algunos funcionarios del gobierno que ya comenzó a cambiar la imparcial línea informativa característica del canal.
La nueva avanzada hacia el logro de la hegemonía informativa y comunicacional está en pleno desarrollo.
Maduro, desbordado por el hampa y los homicidios, en vez de agarrar el toro por los cachos, emprende el 20º plan de seguridad en la última década y anuncia que adelanta una “Alianza Para la Vida” con los medios audiovisuales, que a su entender mantienen un “festín de la muerte”.
Ya sentó en el banquillo de Miraflores a Venevisión, Televen y la nueva Globovisión, logrando de ellos que prometieran acatar el "plan cero violencia", según el cual en adelante los medios se “limitarán a informar”.
Mientras, la media docena de canales controlados por el gobierno, toda la red del sistema público de información más las cadenas obligatorias, seguirán imponiendo el mensaje de odio y exclusión de Maduro contra los venezolanos que no creen en el castrocomunismo.
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