Una persona se acercó hasta las oficinas del Banco del Alba para solicitar un crédito.
No pasó de la entrada, donde un vigilante le preguntó que tipo de negociación quería hacer con la entidad crediticia. Cuando explicó su propuesta le respondieron que en esa entidad sólo financiaban la importación de textiles de Bolivia.
Al insistir en subir a hablar con algún gerente o persona del área de crédito la respuesta fue todavía más desconcertante: no podía subir porque las oficinas eran demasiado pequeñas.
Lo peor es que desde Bolivia se informó que no le venderían más productos textiles a Venezuela por ser mala paga. ¿Qué futuro tiene entonces ese banco?
TalCualDigital
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