BUENOS AIRES -- La presidenta Cristina Fernández cumplía este lunes 41 días de silencio público, mientras líderes sindicales advirtieron sobre una "manifiesta incapacidad en la gestión" del país y un referente de los empresarios dijo que le "preocupa" la prolongada ausencia de la mandataria.
Fernández, de 60 años, mantuvo contacto con uno de sus funcionarios más cercanos por la mañana en la residencia presidencial de Olivos, suburbio al norte de la capital, y en horas de la tarde se trasladó a la Casa de Gobierno, según la escueta información difundida a la prensa por la oficina de la presidencia.
La última vez que se le escuchó la voz a la presidenta en público fue el 10 de diciembre con motivo de las celebraciones por el 30 aniversario del retorno de la democracia. Días después tomó juramento a la nueva cúpula del Ejército y el 13 de diciembre publicó el tweet más reciente de su cuenta de Twitter @CFKArgentina.
Esta ausencia de la mandataria de la escena pública ha generado múltiples especulaciones y coincide con un momento delicado de la economía del país. Algunos lo atribuyen a un problema de salud —Fernández fue operada en octubre de un hematoma craneal— y otros a una maniobra del gobierno para preservar la figura de la presidenta frente a la dificultades del momento.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, expresó el lunes a radio El Mundo que "quiero saber cómo esta de salud, y me preocupa porque la Argentina es una república que necesita de su presidenta, si fuera una monarquía tal vez no me preocuparía tanto".
El sindicalista Hugo Moyano, líder del poderoso gremio de camioneros y en las antípodas del gobierno, emitió un duro comunicado tras reunirse este lunes con otros gremialistas disidentes. Allí expresó que se asiste "a una manifiesta incapacidad en la gestión para la solución de los problemas".
Moyano sostuvo que "la responsabilidad del Estado, lejos de estar presente, se debate sin pena ni gloria en una Argentina de saqueos, cortes de energía, cárceles sin control interno, fuga de capitales, inseguridad urbana, disparada de precios y un gran desorden estructural".
Nadie del gobierno respondió al sindicalista.
El Nuevo Herald
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