ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
La oposición venezolana enfrenta una crisis de liderazgo ante la disposición mostrada por el ex candidato Henrique Capriles de mantenerse dentro de espacios de coexistencia con el régimen de Nicolás Maduro, advirtió el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria.
Arria, quien compitió contra Capriles en las primarias presidenciales de la oposición del 2012, dijo que el actual gobernador del estado Miranda ha dejado de lado el reclamo de que Maduro se robó las elecciones presidenciales del año pasado, prefiriendo concentrar sus esfuerzos en defender los espacios municipales y regionales conquistados por su partido, en vez de continuar la lucha por las aspiraciones de toda la nación de recuperar la democracia.
“Vamos a la cohabitación”, dijo Arria desde Caracas en una entrevista telefónica, interpretando los últimos pasos de los máximos representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
“Hemos entrado en un proceso de cohabitación, en la cual han coaptado, se ha dejado coaptar, la dirigencia oficial de la MUD, para preservar los espacios que han logrado”, dijo.
Abandonada quedó la lucha por demostrar la ilegitimidad del gobierno de Maduro, a quien la oposición acusa de haber cometido fraude en las elecciones presidenciales de abril del 2013, agregó Arria.
Capriles, quien habría sido el verdadero ganador de esos comicios según la propia MUD, se comporta como si su única responsabilidad fuera velar por los intereses de los habitantes del estado Miranda, donde es gobernador, cuando sobre él recae la responsabilidad de velar por las aspiraciones de todos los venezolanos, dijo.
Las críticas contra Capriles se han acrecentado luego que él acompañara a otros dirigentes de la oposición a una reunión convocada por Maduro en el Palacio Presidencial para discutir con los gobernadores y autoridades municipales del país posibles iniciativas para luchar contra la violencia.
En esa reunión, Capriles y Maduro se dieron la mano por primera vez desde los impugnados comicios presidenciales del año pasado.
La foto de ese encuentro pasó a ser interpretada como un símbolo de que la MUD claudicó formalmente frente a Maduro, reconociendo su mandato y dejando de lado la lucha por demostrar que es un mandatario fraudulento.
“Nosotros ganamos el 14 de abril [el día de las elecciones]. No puede ser que si ganamos, dejemos ese tema de lado. ¿Cómo es posible que lo pongamos aparte?”, expresó Arria.
Según el ex embajador, la máxima cúpula de la MUD está entrando a una etapa de entendimiento con el régimen chavista precisamente cuando el pueblo venezolano que aspira vivir en libertad necesita que la dirigencia de la oposición ejerza un verdadero liderazgo frente a lo que se vislumbra será un año muy difícil pero decisivo.
Ese escenario se presenta ante el evidente colapso del modelo económico ejercido por el chavismo a lo largo de los últimos años -con la renta petrolera del país mostrándose insuficiente para sostener las políticas de subsidios que mantiene- y las señales de que Maduro pretende incrementar la represión y los mecanismos de control social para contener el descontento.
El colapso económico es evidente, dijo Arria, resaltando la penuria con que ahora están condenados a vivir los venezolanos.
“Venezuela se ha convertido en un país de colas. La gente va al mercado y pasa horas esperando su turno para poder entrar sin saber qué es lo que va a comprar”, comentó Arria en referencia a un fenómeno que se ha convertido en un ritual diario para millones.
“La gente está comprando lo que hay ese día. Un día compra leche, al día siguiente hacen la cola, entran y se encuentran con que hay aceite y lo compran. Van comprando lo que les ofrezcan, porque al día siguiente puede que no haya. Lo único que sí saben que van a ver, es la cola”, explicó.
Es trágico que esto suceda en Venezuela, dijo.
“Es una penuria impuesta a los venezolanos en un país que vende 90,000 millones de dólares en crudo al año”, sostuvo.
El único mecanismo que le queda al venezolano para luchar contra esta situación es la calle, pero Arria advirtió que en los últimos tiempos ha sido la propia dirigencia de la oposición que ha maniobrado para evitar que los opositores al régimen salgan a manifestar.
“Durante mucho tiempo, los líderes de la oposición demonizaron la protesta diciendo que es muy peligrosa, que no es un mecanismo tan institucional, que no es una práctica democrática. Le quitaron fuerza a los canales de presión naturales de la ciudadanía, cuando se trata de un derecho constitucional, cívico, ciudadano”, dijo.
El Nuevo Herald
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