SEBASTIÁN BOCCANEGRA/TalCualDigital
En la cárcel de Tocorón, en Aragua, la rumba no para. No sabemos si es que la ministra Iris Varela está poniendo en práctica los últimos adelantos, que en materia penitenciaria, han alcanzado los países más desarrollados del mundo, para lograr la regeneración de quienes delinquen y que se puedan reincorporar a la sociedad como hombres y mujeres de bien, pero en todo caso, tuvo un mal resultado el fin de semana del 10 de enero.
Por esos días una chica de 18 años, entre otro grupo de personas, asistió a una discoteca, leyó bien, una discoteca que funciona en ese penal. Se llama Tokio, para más señas.
La referida joven ingresó el viernes a la rumba y tuvieron que sacarla el lunes directo a un hospital por estar intoxicada. No se recuperó y falleció.
Dicen varios diarios que las fiestas que en ese penal se arman son anunciadas por radio y, además de los detenidos, puede asistir cualquier persona que esté dispuesta a pagar la entrada. Será que quienes rumbean allí se sienten más seguras dentro de Tocorón que en las calles del país.
El caso es que la ministra, hasta el momento, no ha dicho nada al respecto. ¿Será que no sabía nada del funcionamiento de la discoteca?
Grave sería esto. Por otro lado, ese dinero que cobran quienes administran ese penal, ¿a dónde va a parar? ¿Sirve para mejorar las finanzas del ministerio que dirige Varela? ¿Quiénes administran el espacio le cancelan algo al ministerio? Fosforito, préndete y aclara.
La valera, cobra una coima por permitir esas rumbas.
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