Foto: Gil Montano/AP |
El sector privado venezolano está siendo arrastrado aceleradamente hacia el colapso ante la negativa del régimen de Nicolás Maduro de otorgar los dólares que requiere la economía para seguir operando, en un escenario que amenaza con convertir al país sudamericano en un gigantesco cementerio de empresas.
Analistas consultados dijeron que las empresas venezolanas deben cerca de $10,000 millones a sus socios en el exterior debido fundamentalmente al incumplimiento del compromiso del régimen de entregar los dólares que ya había asignado, en una situación sin precedentes que está paralizando las transacciones internacionales del país.
“Ya el país está en default, en cesación de pagos, de su deuda no financiera. Esto es muy grave. Es algo que no había pasado antes en Venezuela”, comentó desde Caracas José Guerra, profesor de la escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela.
“Las líneas de crédito [instrumento fundamental para las operación de comercio exterior] a las empresas venezolanas están cortadas en este momento. No se están operando líneas de crédito y eso es una amenaza grave”, agregó.
Es una amenaza grave porque paraliza las operaciones en el exterior de un país que se ha vuelto sumamente dependiente de las importaciones.
Más de 14 años de políticas hostiles al sector privado han recortado el aparato productivo del país en más de la mitad de lo que era antes que el fallecido Hugo Chávez llegara al poder en 1999, y gran parte de los productos finales y de los insumos de la producción nacional provienen del exterior, explican los economistas.
La falta de insumos tiene en este momento a una serie de industrias paralizadas, incluyendo el sector automotriz, el farmacéutico y la industria de alimentos.
Guerra dijo que de continuar, la actual situación podría conducir eventualmente a la parálisis de la actividad económica en Venezuela debido a la integración entre los distintos sectores.
“Esto puede generar un efecto de cascada, porque una industria que deja de producir puede paralizar a la industria a la que le suministra insumos. Es una cadena que se va trabando y puede paralizar el conjunto de sectores que conforman la economía”, explicó.
Es una combinación de factores que amenaza con generar una mayor penuria para los venezolanos y problemas de alta volatilidad política para el régimen de Nicolás Maduro, dijo el asesor político Esteban Gerbasi.
“Esta es una película que va a tener un final trágico”, advirtió Gerbasi desde Miami.
“El que podía alimentar la paz con ideología era Chávez y se murió. Maduro no tiene la profundidad para mantener calmada a la población y ante el descontento que se le viene encima, no va tener más alternativa que ir a la represión, lo cual es una situación muy peligrosa porque no es mayoría”, comentó.
De particular preocupación es el futuro del mayor grupo de alimentos del país, Empresas Polar, que el miércoles emitió un comunicado señalando que sus operaciones están en riesgo.
“La viabilidad de la producción de Empresas Polar está en riesgo por la deuda que mantiene Cadivi [La Comisión de Administración de Divisas] por concepto de liquidación de divisas, lo que impide pagar de forma oportuna a los proveedores internacionales”, dijo el mayor fabricante venezolano de harina de maíz, alimento utilizado en la elaboración de arepas.
“Cadivi le debe a Empresas Polar 463 millones de dólares, monto generado por la importación de materia prima, insumos, materiales de empaque y equipos necesarios para la producción”, agregó la compañía.
En su comunicado, Empresas Polar dejó entrever que pronto podría verse obligada a detener sus operaciones.
“Las compras internacionales dependen en forma directa de las líneas de crédito que otorgan los proveedores. Debido a la demora en honrar estos compromisos por los atrasos de Cadivi, dichas líneas de crédito se han agotado y los proveedores han advertido que no podrán continuar enviando pedidos si no se les cancela el monto adeudado”, advirtió.
El analista y columnista David Morán dijo desde Caracas que es posible que compañías del tamaño de Polar puedan de alguna manera sobrellevar la situación, quizás escalonando el cierre de sus plantas y permitiendo que una porción básica continúe operando.
“Pero las PYMES [las pequeñas y medianas empresas] no tendrán más alternativa que cerrar. El impacto del incumplimiento en la entrega de dólares del gobierno es inmediato. Esta es una situación que está afectando simultáneamente el lado industrial y el lado comercial”, explicó.
Las PYMES constituyen nueve de cada diez empresas que operan en el país.
El escenario se complica porque el país ya se encuentra sin inventarios, debido en parte a la “política de saqueos controlados” implementado por el régimen de Maduro en noviembre.
Esa política, emprendida como un desesperado acto para mejorar sus perspectivas electorales para las elecciones municipales de diciembre, obligó a los comerciantes a ofrecer sus productos a precios de liquidación so pena de arrestarlos, intervenir sus negocios, o permitir que fuesen saqueados por el populacho.
El efecto de esa política es que muchos de los anaqueles del país hasta el día de hoy permanecen vacíos.
Victor Maldonado, director de la Cámara de Comercio de Caracas (Consecomercio), dijo que el incumplimiento del gobierno en entregar las divisas que ya había asignado a las empresas podría ser la estocada final para un empresariado que ya lleva años siendo sometido a un proceso gradual de exterminio.
La situación es particularmente perjudicial para los comerciantes, muchos de los cuales dependen de los productos del exterior para poder mantener abiertas sus puertas.
“Esto es simplemente colocar al comercio y a la industria en una situación tal de obstáculos que los hace inviables”, sostuvo desde Caracas.
Y esto solo conducirá a una profundización de la escasez.
“Por esta vía, el gobierno destruye la capacidad productiva del país y el animo emprendedor, pero no coloca nada en sustitución”, sostuvo.
El grave deterioro del ambiente de negocios venezolanos también está llevando a las pocas transnacionales que operan en el país a considerar seriamente la posibilidad de cerrar sus puertas.
Esto, por ejemplo, pudo verse esta semana en las decisiones de aerolíneas internacionales de dejar de vender boletos dentro del país petrolero, incluyendo la estatal ecuatoriana TAME, lo cual generó sorpresa en el país.
“Lo de TAME es muy significativo. Es una compañía estatal de un país aliado al chavismo, la que decide dejar varados a decenas de pasajeros en Quito, diciendo que Venezuela le debe $43 millones y que no les pagan desde abril del 2013”, dijo Morán.
“Y si eso es lo que está sucediendo con los aliados, con los que son tus amigos, ¿qué es lo que está pasando con aquellas empresas que forman parte del imperio?”, agregó Morán.
El Nuevo Herald
No hay comentarios:
Publicar un comentario