Hay otros eventos que parecen pasar por debajo de la mesa, pero que revelan que la pelea sigue. El acuerdo suscrito por el teniente Diosdado Cabello con representantes del Partido Comunista chino parece que no fue bien recibido por todos
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
En el Partido Socialista Unido de Venezuela la procesión sigue por dentro. El episodio del audio del crápula hojillero se puede tomar como parte de la guerra interna que se libra en ese partido.
Hay otros eventos que parecen pasar por debajo de la mesa, pero que revelan que la pelea sigue. El acuerdo suscrito por el teniente Diosdado Cabello con representantes del Partido Comunista chino parece que no fue bien recibido por todos.
Ese convenio serviría para darle preparación ideológica a los patrulleros, pero desde las filas rojas hay reservas sobre qué tipo de formación recibirían. Algunos no comulgan con el conocido refrán de que no importa el color del gato con tal de que cace ratones. Dentro de las filas rojas hay a quienes sí importa el color del gato y el cómo cace los ratones.
Toby Valderrama, desde su columna Grano de Maíz, publicada en VEA, no duda en calificar como estafa al modelo chino. Un comunista ortodoxo, como es Valderrama, no puede tener otro juicio sobre lo que ocurre en la segunda economía del planeta, pues en ese país la clase obrera sufre una explotación inmisericorde y las ganancias que ese modelo genera quedan reservadas para una minoría, como ocurre en cualquier nación capitalista, y es que la China de comunista solo tiene el nombre, algo que algunos en el PSUV tienen bien claro y quieren dejar bien claro.
No hay capitalismo bueno y capitalismo malo, el capitalismo en cualquiera de sus versiones es malo, asegura Valderrama, ¿te quedó claro, Diosdado?
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