ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Amenazado como pocas veces antes por el libre flujo de la información, el régimen de Nicolás Maduro está cerrando su cerco sobre la prensa independiente de Venezuela, acelerando sus planes de comprar los pocos medios privados y esbozando estrategias para silenciar a los medios internacionales que son vistos en el país.
Fuentes familiarizadas con la situación dijeron a El Nuevo Herald que además de la reciente adquisición del canal de noticias Globovisión, el régimen bolivariano está interesado en comprar a través de “empresarios amigos” otros canales de televisión y un periódico de mayor tamaño en su intento por terminar de establecer su hegemonía comunicacional en el país petrolero.
Se trata de una estrategia que pretende darle una estocada final a la prensa libre en Venezuela.
“Están buscando los mecanismos para poder aislar al país, para compartamentalizar a la sociedad, y evitar que la información pueda fluir libremente de un punto al otro, tal como sucede en Cuba”, expresó el analista político Esteban Gerbasi.
“Como no tienen legitimidad de origen, ellos bloquean a la mayoría opositora y a sus representantes para que no puedan vociferar la ilegitimidad de Maduro y la fragilidad que tienen ellos con el sostenimiento de su régimen”, agregó Gerbasi.
Hasta el momento se desconocen los detalles sobre los esfuerzos gubernamentales para adquirir los otros medios de comunicación, pero la metodología a ser empleada sería la misma a la utilizada en Globovisión, canal que ha comenzado a perder a sus principales periodistas, quienes se rehúsan a seguir la línea editorial de los nuevos dueños.
“Ellos quieren comprar a Televen y también a Venevisión y están tratando de comprar a un diario”, comentó una de las fuentes, que habló bajo condición de anonimato.
El régimen de Maduro también está ejerciendo presión para obligar a las compañías de televisión por cable a que dejen de transmitir la señal de CNN en Español en Venezuela, agregó.
La idea es expandir el actual dominio informático del régimen bolivariano para tratar de establecer una verdadera hegemonía comunicacional.
Actualmente el chavismo controla el 72 por ciento de los medios de comunicación en el país petrolero, pero son millones los venezolanos que dependen de los periodistas independientes para estar informados.
La reciente adquisición de Globovisión por parte de un consorcio de empresarios cercanos al chavismo es la última manifestación en América Latina de una fórmula que está tomando raíces en algunos países del ALBA para silenciar a la prensa sin que en la superficie luzca como una violación flagrante de la libertad de expresión.
Gillermo Lousteau Heguy, presidente del Interamerican Institute for Democracy, dijo que países como Argentina han encontrado que no hay necesidad de cerrar los medios de comunicación que resultan ser incómodos para estos gobiernos, cuando estos pueden ser comprados.
“Es un sistema que están desarrollando: hacer que empresarios amigos, que no tienen nada que ver con las comunicaciones, compren medios de comunicación”, dijo Lousteau, quien ha estado estudiando el efecto de este fenómeno.
“En Argentina, donde el 80 por ciento de los medios están en manos del gobierno, encuentras que son empresarios que vienen del petróleo y de otra cosa, los que compran los medios, porque se los pide el gobierno que lo hagan. Y la forma de financiarlos es a través de la publicidad oficial”, explicó Lousteau.
En Argentina, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner gasta una fortuna en la publicidad de esos “medios amigos”.
En el caso de Globovisión, el canal fue adquirido por un grupo de empresarios con estrechos vínculos con el gobierno. Uno de ellos es dueño de una compañía de seguros que vende pólizas a numerosas entidades del sector público controladas por el chavismo.
Estos empresarios, que han crecido bajo el chavismo cuando el resto del sector privado se ha venido a menos, obviamente están interesados en hacer dinero, pero esa no fue la razón por la que habrían comprado a Globovisión, dijo el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria.
“A esta gente que compró, no le importa para nada que esto no sea un negocio. Están obligados por las relaciones que tienen con el régimen a pagar su cuota de sacrificio financiero. Porque es evidente que si cambian radicalmente la orientación del canal, va a sufrir mucho en materia de audiencia”, comentó Arria.
Obviamente, el interés del oficialismo en la operación sería silenciar al icónico canal de noticias, que durante años sirvió de plataforma para que los adversarios del régimen socialista pudieran expresar su repudio al proceso de restricciones de libertades emprendidas por el chavismo.
El que Maduro, cuya legitimidad es cuestionada por una oposición que no reconoce su elección presidencial, haya optado por cerrarle los espacios a la prensa independiente denota su necesidad de aumentar su control sobre la sociedad.
“Aquí hay un proceso de control, en el cual no solo nos están cerrando las salidas institucionales a la actual crisis, como por ejemplo podría ser una salida a través del Tribunal Supremo de Justicia, porque seguro que no van a reconocer para nada las impugnaciones a la elecciones, pero también te comienzan a cerrar las salidas comunicacionales y de opinión para el país”, agregó Arria.
“Es un cerco, es un proceso de asfixiamiento de la sociedad, que tendrá consecuencias porque la sociedad reaccionan”, advirtió.
El gradual proceso de silenciar la cobertura de noticias de Globovision está siendo monitoreada de cerca por las agrupaciones que velan por la libertad de expresión en el continente.
“El gobierno está profundizando su estrategia de silenciar a los medios, no cerrándolos, sino comprándolos y propiciando la auto censura, con leyes de prensa y multas exorbitantes”, expresó la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Extranjero (APEVEX) en un correo electrónico.
“APEVEX condena la censura que está aplicando el canal privado de televisión Globovisión, la única ventana informativa, veraz e independiente que tenían los venezolanos ante la hegemonía comunicacional del gobierno”, agregó.
El Nuevo Herald
No hay comentarios:
Publicar un comentario