Durante muchos años, el chavismo calificó como "absurda" la denuncia, el alerta que no pocos hacían, de que íbamos camino a un escenario parecido al cubano. Decían que en Venezuela no había libreta de racionamiento y que nunca llegaría.
Y no llegó, pero sus efectos sí. La libreta de racionamiento criolla es invisible pero restrictiva. Nadie la tiene en su bolsillo sino que está pegada en los anaqueles de los locales de expendio de comida. Ocurre en todas partes, en los supermercados privados, en las bodegas, en los locales administrados por el gobierno.
Entramos en el período especial, llegamos al mar de la felicidad.
TalCualDigital
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