viernes, 8 de agosto de 2014

Guayana, vida de perros


La absoluta desidia de este gobierno se ha ensañado con Ciudad Guayana. No solo por la absoluta indiferencia hacia el mantenimiento y desarrollo de sus industrias básicas hoy en el suelo, sino por el desprecio conque se atiende a los ciudadanos mediante servicios públicos humillantes, degradantes, que golpean la existencia de los guayaneses. Las conocidas perreras parecen jaulas andantes donde transportan de manera cruel a los pobladores quienes deben llegar temprano a sus escuelas o sitios de trabajo.

DAMIÁN PRAT C /Guayana / TalCualDigital
Las calles y avenidas principales, tanto de Puerto Ordaz, como las de San Félix, están llenas no solo de desechos que ningún ente público estadal o municipal retira sino que en el "paisaje" habitual están los "tapones" de tránsito, las invasiones o "terrenos en resguardo", las noticias de crímenes espantosos, los incendios que no hay cómo apagar, las interminables colas de personas ante supermercados estatales o privados, las constantes protestas laborales con sus "trancas" de vías principales y... "las perreras", bochornoso medio de transporte público en el que 15 o 20 personas se apiñan como pueden en un vehículo viejo y precario que alguna vez fue una "pick up", incluyendo ir "guindados" de las barandas externas, con el cuerpo al aire libre y apenas un pie en el parachoques trasero.

Así está Ciudad Guayana, la que se ufanaba, no sin razón, de ser "la única ciudad planificada" de Venezuela, con aires de modernismo, donde el congestionamiento vehicular era una excepción y no la regla. Ciudad Guayana, la que tiene un plan urbano concebido en los años 60 con todo detalle, previendo incluso las avenidas y desarrollos urbanos que debían irse construyendo a medida que la ciudad creciera, como en efecto se hizo hasta mediados de los años 90.

Ciudad Guayana, en la que cada quinquenio gubernamental dejaba 10, 12, 15 y a veces más, nuevas grandes urbanizaciones populares hechas por CVG, Inavi o Funvica, y que usualmente se distribuían y vendían con arreglo a lo pautado en los contratos colectivos, mediante estudios sociales a las familias de trabajadores.

O incluso donde las "invasiones" en sectores de San Félix eran controladas por la división de Desarrollo Social de la CVG para que el trazado de calles, las parcelas, las áreas para futuras construcciones educativas, de salud, recreativas, comerciales fuesen planificadas.

DETERIORO PROGRESIVO
Ya es común relatar cómo "la revolución" ha ido destruyendo el entramado industrial productivo, el de las empresas básicas y las "no básicas", las que eran la base de un proyecto nacional de desarrollo. De eso hemos escrito profusamente, aunque siempre es necesario seguir haciéndolo.

El desastre causado por el gobierno en los últimos diez años, en forma progresiva, con años "pico", como 2008, 2009, 2010 en Sidor, las cuatro grandes del aluminio, Ferrominera, las briqueteras, las plantas de refractarios, las transformadoras de aluminio privadas, las metalmecánicas, Minerven.

Hay un denominador común aproximado para todas: 70% de estrepitosa caída, es decir, producen ­unas más, otras menos­ alrededor de 70% de lo que solían alcanzar. Algunas apenas llegan ahora a 20% de lo que lograban. El hecho es que no existe ni un solo proyecto industrial nuevo construido en estos 15 años. Nada para transformar hierro, acero o aluminio y darle valor agregado.

Casi todo paralizado o semiparalizado, con enormes retrasos de 5 o más años, o sencillamente que jamás se iniciaron: la Ciudad del Aluminio, la Ciudad del Acero, la hidroeléctrica Tocoma, la planta de Pulpa y Papel, Petro San Félix, la V Línea de Alcasa, la VI de Venalum, la Nueva Siderúrgica Nacional, la "nueva" fábrica de tubos.

Nada. Cero. Sin embargo, en paralelo hay otro deterioro: el de Ciudad Guayana, aquella que asombraba a los visitantes por su modernidad, amplitud, orden y ágil desplazamiento.

BOMBEROS QUE NO APAGAN INCENDIOS
A mediados de mayo, un autobús que circulaba por las adyacencias de la estación de Bomberos Chirica en San Félix sufrió un percance, al parecer un corto circuito y se incendió.

Los bomberos del lugar, a tan solo 40 metros de distancia, no pudieron hacer nada, salvo ayudar a despejar la zona, porque no cuentan con ningún carro bomba. Tampoco ambulancias y apenas una pickup. Parece un chiste cruel, pero es cierto.

Tres semanas antes se incendió la "Feria de la Ropa" en Altavista, corazón comercial y bancario de Puerto Ordaz. El siniestro consumió varios locales porque los Bomberos Municipales no tienen ningún camión de combate contra incendios. Al final, la ayuda de los bomberos de dos de las industrias básicas logró sofocar las llamas.

Una ciudad de un millón de habitantes tiene un Cuerpo Municipal de Bomberos en la inopia. El concejal José Prat había denunciado que los cuatro carrosbomba que quedan ­algunos muy viejos­ están inservibles. No cuentan con ninguna ambulancia ni vehículos de rescate. La última vez que los bomberos recibieron alguna dotación fue en 2005. La alcaldía tampoco tiene camiones "vaacum" para destapar desagües.

CASI NADA EN VIVIENDA 
Quien conozca Ciudad Guayana puede nombrar docenas y docenas de urbanizaciones populares construidas por CVG, Inavi o Funvica entre 1960 y 1996, tanto en San Félix como en Puerto Ordaz, cada una para varios cientos de viviendas y no pocas por encima del millar.

Tanto de aquel modelo llamado "vivienda rural", como mas modernas. Casas unifamiliares y edificios de 4 pisos, principalmente. Para decenas de miles de familias de trabajadores y profesionales. Los 15 años de "revolución" han pasado sin que se haya levantado una sola nueva urbanización como aquellas. Tan solo algunos pequeños grupos aislados de casitas dentro de uno u otro sector.

Incluso un proyecto de largo alcance, creado en 1999, con presencia de Chávez ,que hizo un mitin para 40 mil familias mediante unas 80 asociaciones civiles donde el estado ponía el urbanismo básico (agua, luz, calles) y vendía a las familias las parcelas para que éstas, en grupos organizados, obtuvieran créditos bancarios, usando sus prestaciones, aportes de vivienda en los contratos colectivos, etc, para autoconstruir con modeloe iguales en cada sector.

Al final nada se hizo, salvo una pequeña fracción, no mayor al 5%, por esfuerzo propio de la gente. Los gobiernos nacional, regional y municipal nunca hicieron su parte ni la CVG vendió las parcelas. Por eso abundan las "invasiones y resguardos", muchas veces dañando la planificación urbana que con tanto celo se había guardado.

EN "PERRERAS"
Treinta años atrás en Guayana se debatía si la ciudad, que ya crecía mucho, debía desarrollar un "metro" superficial o un tren para la columna vertebral de un sistema de transporte público, sustituyendo a los autobuses, poco eficientes en las rutas largas de una urbe con 39 kilómetros de largo. El debate se basaba en que la ciudad planificada había creado y construido las amplias avenidas centrales con grandes "islas" centrales pensadas para ese futuro sistema masivo de transporte, cualquiera que fuese el elegido.

Luego, en los años 90, se elaboró el proyecto TransGuayana, tomando como modelo el de Curitiba en Brasil o el Transmilenio de Bogota.Hoy aquello quedó en el papel. Mas de la mitad ­cerca de 1.500­ de las unidades de transporte público de Guayana son "las perreras" ya descritas en la introducción. El resto, autobuses y microbuses sin ningún plan. La antítesis de la ciudad planificada. Obra y legado de la revolución.

BASURA Y CAMBALACHE 
No pocos recuerdan cuando aquella CVG de otrora manejaba el aseo urbano que incluía no solo la recolección de desechos en las casas sino barrer las calles y avenidas y hacerle mantenimiento a árboles, plantas y grama en las "islas" de las vías principales. Borrosos recuerdos del pasado.

Ciudad Guayana es un inmenso basurero, con cientos de lugares que la gente, con burla, llama "cambalachi- tos", es decir, depósitos irregulares de basura a semejanza del botadero de Cambalache que hace muchos años dejó de ser un "relleno sanitario".

El proyecto del nuevo relleno sanitario, moderno, con programas de reciclaje, elaborado hace mas de 20 años, debe estar lleno de telarañas en varias gavetas de organismos "del poder popular revoluciona- rio", es decir, de la inconmensurable burocracia roja rojita de ministerios, gobernación y alcaldía. Cambalache es una vergüenza donde además una amplia comunidad de Waraos y criollos sobrevive en la miseria de recolectar cosas con algún valor de entre la basura.

Hasta pocos meses atrás, la Alcaldía organizaba quemas de las montañas de basura inundando la ciudad de humo pestilente. Luego, la gobernación, en la eterna competencia inamistosa de gobernador y alcalde, tomó control del lugar con anuncios y promesas pero el caos sigue igual. No se hizo nada.

DISTRIBUIDORES... VIENE MÁS
Al menos dos grandes avenidas, la Loefling y la Libertador en Puerto Ordaz, contenidas en el plan urbano original para cruzar la ciudad en el sentido oeste-este, debían estar construidas desde hace mas de 15 años. No se han hecho y no parecen estar en ningún propósito gubernamental, cuyo desprecio por los planes urbanos de Guayana es evidente.

La mismo ocurre con tres grandes distribuidores: el de la redoma El Dorado en San Félix, los de las redomas del terminal de buses y de "La Piña" en la zona de Puerto Ordaz que traen el volumen de vehículos desde la zona industrial. El gobernador Rangel publicó costosos avisos de prensa prometiendo que "ya comienzan las obras porque Viene Mas" en su campaña electoral de 2010.

Nada se ha hecho .La "ciudad sin colas ni trancas de tráfico" ya no existe. Todavía lejos de Caracas pero para los guayacitanos es como si fuera igual. Ciudad Guayana podría ahora ser llamada "la que se vino a menos".

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