Aunque la consigna sea "dólares pa'l pueblo" parte de las organizaciones políticas y la base que respalda la revolución no comulga con las medidas económicas anunciadas el viernes por el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, y el ministro de Planificación, Jorge Giordani. Entre otros "beneficios" de la devaluación, que llaman "ajuste cambiario", destacan la promoción de las exportaciones y la protección, como dijo el Canciller Jaua, de los dólares del pueblo.
Organizaciones como el Partido Comunista de Venezuela (PCV), a través de su órgano divulgativo Tribuna Popular, y chavistas que se expresan a través de la página Web Aporrea, dudan de los beneficios que tales medidas puedan traer al pueblo y rechazan la decisión, supuestamente aprobada por el Presidente desde Cuba, alertando sobre aumento del costo de la vida y el desmejoramiento de los ingresos laborales para la mayoría, que es la chavista. Algunos de éstos críticos son catalogados, vía Twitter, como contrarrevolucionarios.
En Aporrea, Gabriel de los Santos dice que el capitalismo no es reformable y que los más perjudicados con las medidas son los trabajadores: "Al contrario de lo que le ocurrió a la burocracia, vemos reducir nuestros ya escasos ingresos en un 46%, los 2.047,48 bolívares del salario mínimo se han transformado así en 1.105,64 bolívares. Total que la gran perdedora en esta historia es, una vez más, la clase obrera que deberá continuar cargando con los daños colaterales del "socialismo" rentístico del ministro Giordani y compañía".
En otro artículo el analista Nicmer Evans recuerda que en 2010 se habló de una "devaluación reevaluadora" y argumenta que "la revolución ha tenido extraordinarios éxitos en lo político y en lo social, pero en lo económico aún no ha avanzado de un centímetro".
El articulista Jorge Plasencia indica que "el Chávez de antes, de seguro hubiese hecho cualquier otra cosa, antes de tomar la estúpida, inmoral y antipatriótica medida de devaluar el bolívar ¿"fuerte"?, como el mismo lo bautizó".
Bajo la firma del economista, Simón Zúñiga, Tribuna Popular publicó que "si algo han demostrado las grandes devaluaciones son su total ineficiencia". Y destaca que "la salida devaluacionista perjudicará a las mayorías que constituyen la base política de este proceso".
El artículo afirma que desde 2003, la devaluación no ha mejorado la situación fiscal; no ha promovido las exportaciones; es una causa fundamental de la inflación; ha desmejorado los ingresos laborales; ha fortalecido el poder del capital financiero especulativo con capacidad de influir en la política económica al obligar al gobierno a devaluar", y cierra diciendo: "El capital financiero es más fuerte, engorda grandes cuentas en el exterior, promueve el parasitismo rentista".
Señala que "una salida devaluacionista perjudicará a las mayorías que constituyen la base política de este proceso. Los indicadores sociales, como el salario mínimo, serán afectados si no se aplican medidas que amortigüen la caída". Sería insuficiente, dice, un aumento del salario mínimo porque 45% de los trabajadores son informales. El artículo finaliza: "La devaluación afecta la dimensión social, en la medida que produce desempleo y caída de ingresos, a partir de los sectores productivos que salen perjudicados".
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