viernes, 3 de octubre de 2014

No pasó nadie

Chavismo limitó acceso para prensa. En Miraflores, Asamblena Nacional y Cicpc cerraron las puertas a la prensa. La Carta Magna consagra el derecho a la información pública, apuntó Mario Villegas

LORENA MARCANO PRADO
Durante los 15 años del proceso revolucionario, son diversos los espacios que han cerrado sus puertas a los medios de comunicación privados. Haciendo uso de la frase: "recordar es vivir", en esta nueva entrega relacionada con la libertad de prensa y de expresión, fueron consultados comunicadores sociales de larga trayectoria profesional para que explicaran al diario Tal Cual, cómo era el ejercicio del periodismo y el acceso a las fuentes pública en tiempos de otrora o de "la cuarta república".

GUERRERA AL FRENTE DE LOS SUCESOS 
Haciéndole honor a su apellido, Sandra Guerrero, tiene 30 años trabajando como periodista, 24 de ellos, en la fuente de sucesos de El Nacional.

"Cuando empecé a cubrir sucesos se podía acceder a la PTJ (ahora Cicpc), se podía conversar con los jefes de las distintas comisiones y se podía entrar a los laboratorios donde hacían los análisis de los proyectiles", recordó.

Como ventaja, la reportera señaló que esta relación cercana con la policía científica servía para informar el trabajo desarrollado por la institución y para que el periodista aprendiera de esta materia.

Recuerda que realizó reportajes de antropología y odontología forense y que al final de cada año, la PTJ emitía un balance de los resultados de los casos reportados en el país.

"Antes no había secreto, había pleno acceso a la información", reiteró Guerrero al afirmar que desde 1999 "empezó a cambiar esto".

Desde ese año, los periodistas que cubren la fuente comenzaron a encontrarse piedras en el zapato para conseguir la información, pero el golpe más bajo que recibieron fue en enero de 2003, cuando el Cicpc cerró la oficina de prensa de la institución policíaca.

Desde entonces, la Morgue de Bello Monte se convirtió en el sitio oficial para cubrir la fuente de sucesos. "Hoy, no se nos dan datos oficiales, la información que se da es la que quiere la policía, mucho menos de la cantidad de víctimas por muertes violentas", aseguró Guerrero.

Indicó que en la Morgue de Bello Monte, a veces el trabajo también se les hace cuesta arriba, ya que no todas los familiares de los fallecidos quieren declarar por miedo a retaliaciones por parte de los delincuentes.

"Hay otros que valientemente se arriesgan a denunciar", relató Sandra Guerrero como un punto a favor de los reporteros para conocer los sucesos que a diario acontecen en el país.

VELO INFORMATIVO
El periodista Mario Villegas, estima que siempre han existido reservas por parte de las fuentes oficiales, sobre todo si es para tratar temas que no son tan cómodos.

"Esas limitaciones se quedan pálidas con la realidad actual, y entre los casos más emblemáticos está el acceso al poder Ejecutivo y Legislativo", apuntó.

Narró Villegas que antes existía una sala de prensa en Miraflores y el periodista podía abordar con facilidad a los ministros. La misma situación se presentaba en el extinto Congreso de la República.

"Antes no había discriminación, los reporteros de medios privados podían entrar a ambas instituciones, pero tristemente esto desapareció", lamentó el comunicador.

Señaló como inconstitucional estos hechos, ya que en la Carta Magna de 1999 está consagrado el acceso a la información pública. "A pesar de esto, el gobierno no podrá colocar el velo a la prensa porque se ha evidenciado que hay nuevos canales como las redes sociales para emitir información.

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