lunes, 3 de marzo de 2014

Polar tiene la culpa

OFELIA AVELLA |  EL UNIVERSAL
En plena cola para pagar y en medio de ese cansancio que supone la caza de los alimentos que escasean, una señora aseguró que el culpable de lo que sucedía era Polar, pues su táctica era dejar de hacer alimentos, para concentrarse en hacer cerveza. En eso consistía la estrategia de la empresa para ganar la "guerra económica".
Un razonamiento tan absurdo es difícil de vencer cuando lo que anida en el corazón es resentimiento y odio, pues hay que abrirse para querer conocer la verdad. ¿Por qué Polar no querría hacer Harina Pan, Mazeite, Mavesa, entre sus muchos productos, los cuales muy probablemente esta señora correría a comprar si los encontrase? ¿Por qué no querría producirlos? ¿No será que no es libre? Uno constata, a veces, que la dificultad para comprender está en el corazón y no en la inteligencia. El odio que se ha sembrado es grande y en algunos se percibe una voluntad cerrada para escuchar. El criterio es que el rico es malo y el pobre bueno. Y esto no es real, pues la bondad la mide el "ser", no el "tener". Pretender lo contrario es reducir al ser humano a un animal de necesidades, cosa que busca el régimen para mantener sometida a la población y eternizarse en el poder. El Ministro de Educación lo confirmó hace poco cuando dijo que no van a sacar a la gente "de la pobreza para que se vuelvan escuálidos", pues según su lógica, ser "escuálido" es malo, sí, pero nadie viaja más que estos anti-yanquis y anti-escuálidos; que estos "pobres" de mente y de corazón, porque de reservas bancarias no lo son. El pueblo engañado no lo ve, pues el objetivo de esa "educación" que mantiene en la pobreza es precisamente sumir en la ignorancia, aislar del mundo, tergiversar la realidad a través de la mentira, para que este clan corrupto se atornille en el país y vacíe cada vez más sus arcas. La siembra del odio y de la ignorancia es el medio para dominar, mientras se convence, eso sí, de que "se tiene Patria".

El "Chino" Carías decía anoche a Fernando del Rincón, lo siguiente: "¿Quién le lava a un rico? Un pobre. ¿Quién le corta el césped a un rico? Un pobre." Ante la insinuación del periodista de CNN de que parecía haber resentimiento en sus palabras, el "Chino" se defendía negando esta posibilidad. No ve, sin embargo, que lo que niega es una realidad, pues es él quien distingue entre trabajos de "pobres" y de "ricos". Es él quien baja la autoestima de algunos ciudadanos, al definirlos por su profesión. Es él quien los somete a la pobreza al catalogar de malo al rico, sin ver, tristemente, que gracias a la demanda de su necesidad, cualquier trabajo es digno y quien puede ofertarlo podría siempre realizarse. La mentalidad pobrecista, sin embargo, constituye un obstáculo terrible, pues no sólo siembra el odio entre algunos, sino que impide progresar, al tiempo que se echa la culpa de la situación a quien realmente podría solventarla.

Cuando el "Chino" habló del jardinero, pensé en un conocido que acaba de emigrar al "Imperio" en busca de las oportunidades que aquí se le cerraron. Empezará a trabajar con su hermano, ingeniero agrónomo, haciendo y manteniendo jardines, cargando bolsas y removiendo tierra. Lejos de sentirse (y ser) pobre, este "hacedor de jardines" (aquí lo llamaríamos "jardinero"), vive muy bien. Tiene carros, casa, familia, y muchos clientes. Tantos, que necesitaría crear un equipo de trabajo para llegar a más. Hay un detalle, además, relevante. Este muchacho disfruta con su trabajo, tanto como Sumito Estévez con su cocina, porque para quien ama su trabajo, el oficio se vuelve un arte y se le disfruta. Un arte que es "servicio", concepto que resulta ofensivo para esta mentalidad que enfrentamos, ya que se opone al de "poder". Resulta, sin embargo, que todo trabajo es un servicio si por ello entendemos un aporte a la sociedad. De él hay que "vivir", evidentemente, y por eso se cobra, y en un sistema abierto, se es libre y próspero, como resultado de la tenacidad. En el modelo promovido por el "Chino", la gente vive de regalos y chismes: de la venta de su conciencia y de la entrega de su libertad. El "cargo" no es servicio, sino dominio del otro, premio por la fidelidad al régimen y no fruto de la lucha personal.

Así, pues, ¿qué tiene de malo ser jardinero, lavandera, cocinera? ¿Adónde desean llevarnos con la insistencia en esa clasificación? El objetivo, como bien señaló el Ministro, es mantener al pueblo pobre (y resentido) para que nadie sea "escuálido". En otro modelo, ése que nos permitiría recuperar la República y la libertad, se buscaría, sí, que todos pudiésemos lograr ser mejores y prósperos. No digo "escuálidos" porque algo escuálido es "esquelético", "flaco", "sucio", "poco desarrollado". Algo que quizás ignora el Ministro y que no se pretende con el cambio de sistema necesario para salir de esta crisis. Por eso el culpable de lo que ocurre no es ni Fedecámaras ni la Polar, sino este régimen mentiroso y corrupto.

Ofeliavella@gmail.com

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