lunes, 4 de noviembre de 2013

Tranquilo, tu país está feliz/Editorial TalCual lunes 04nov13


Por: Xabier Coscojuela/TalCual

La piel de Nicolás Maduro ­y de la camarilla que le rodea­ está cada día más sensible ante lo que difunden los medios de comunicación.

El incidente del pasado viernes, otra vez contra el diario 2001, es una muestra de esa intolerancia. Para nadie es un secreto que a quienes apoyan el “proceso” nunca les ha gustado la libertad de expresión.


Desde el finado comandante “eterno” hasta la mayoría de los dirigentes de la “revolución” resienten una prensa libre.

Nunca olvidamos lo ocurrido en la plenaria de la Asamblea Nacional allá por el año 2001, cuando ante un incidente de Chávez con un medio, Carlos Tablante, diputado y para el momento partidario del “proceso”, les preguntó a sus compañeros de ruta si querían unos periódicos como el Gramma cubano.

La respuesta de la mayoría de quienes integraban la bancada del Movimiento V República fue un rotundo “¡Sí!”.

Tal afirmación la han evidenciado con hechos.

En primer lugar, han venido construyendo un tejido comunicacional a través del cual pretenden hacer verdad el anuncio del exministro de Información Andrés Izarra, acerca de la hegemonía comunicacional.

Como reporta la ONG Espacio Público, en 2004 el Estado contaba con un canal de televisión, VTV.

Hoy posee siete estaciones de televisión, cuatro circuitos radiales nacionales, tres diarios y 280 medios comunitarios, todos financiados con dineros públicos para difundir el pensamiento único del PSUV.

Esta misma ONG reporta que en el presente año se han incrementado las agresiones contra medios y periodistas.

Han registrado 71 casos en 9 meses, lo que significa un aumento de 87% respecto al mismo período en 2012. Todo esto porque esos medios y periodistas no actúan de la misma manera como lo hacen los medios y periodistas oficiales.

Lo que la alta dirigencia gubernamental, de civil o verde oliva, desea es que todos los medios sean como VTV, YVKE Mundial, VEA o Correo del Orinoco.

En sus páginas aparece un país feliz, sin homicidios ni colas para obtener papel tualé. Si ese país feliz estuviera a tono con la realidad no habrían tenido necesidad de crear el Viceministerio para la Suprema Felicidad ni tampoco adelantar la Navidad.

Sin embargo la realidad es terca y cada día los venezolanos tienen un contacto con ella.

La inflación sigue robusta, el desabastecimiento goza de buena salud, la violencia criminal reina en las calles, por muchas estadísticas chimbas que presente el ministro Miguel Rodríguez Torres.

El servicio público de Salud no sirve para los altos jerarcas rojos, quienes prefieren ir a una clínica antes que visitar un hospital. Y el sistema educativo nacional es cada día de peor calidad.

Eso es lo que reflejan los medios que no se han arrodillado ante las pretensiones de Maduro y su corte.

Días atrás, el diario 2001 reflejó en su portada que no había pleno abastecimiento de gasolina.

Maduro le pidió a la fiscal que investigara al periódico y la funcionaria, con la velocidad que le caracteriza cuando la orden viene de Miraflores, recorrió las bombas mencionadas en el reportaje. Que se recuerde no visitó los puertos para comprobar cómo olía la comida importada por Pudreval.

La semana pasada en Guasdualito, Apure, un grupo de maduristas saboteó un acto de campaña de la candidata de la MUD en esa población, y como estaban presentes los reporteros de la televisora HCTV los agredieron y destruyeron la cámara.

El pasado viernes en una feria navideña de Mercal en Los Próceres, los reporteros de 2001 estaban recogiendo lo que allí ocurría: que un grupo de venezolanos se caían a piñas entre sí por unos perniles.

Unas imágenes que hablan muy mal de la “revolución bonita”. Algo que ellos no podían permitir que se difundiera. Hechos que dan el traste con el país feliz que quieren que pinten los medios.

En el incidente un oficial de alto rango se tornó violento y propinó una golpiza al joven fotógrafo. Toda una metáfora de lo que hace el Gobierno con los medios independientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario