miércoles, 26 de junio de 2013

¿Y los grandes corruptos para cuándo?/Editorial Tal Cual miércoles 26jun13

Por: Xabier Coscojuela/TalCual
“La corrupción se va a tragar la patria”, afirmó Nicolás Maduro el pasado lunes. Una frase grandilocuente como esa no podía ser dicha en otro lugar que no fuera el campo de Carabobo. Seguros estamos que no es la primera vez y, lamentablemente, tampoco será la última, en que una arenga contra la corrupción sea dicha en ese espacio.


Las expresaba el propio Hugo Chávez, aun estando rodeado por camarillas, amiguismos y demás “alacranes” (Müller Rojas dixit) ubicados en sus asientos del Palco Presidencial. Con esta decisión el presidente Maduro parece querer desmarcarse de su padre el comandante supremo, quien nunca hizo nada en serio contra la corrupción y más bien la toleró, a pesar del discurso. Es evidente para todos que la vocación de meterle la mano al tesoro público no comenzó el 15 de abril de este año, sino que es una tradición de muy larga data en el país. Estamos de acuerdo en que no se debe discriminar entre corrupción grande y pequeña. Tan corrupto es el fiscal de tránsito que matraquea a un conductor, como quienes crearon empresas de maletín y desfalcaron a Cadivi, según Jorge Giordani y Edmée Betancourt, en 20 mil millones de dólares. Señor presidente, ¿va a mandar a investigar este caso? Estamos de acuerdo con que los funcionarios del Indepabis o del Seniat detenidos por matraqueros sean llevados ante los tribunales y, de ser culpables, se les aplique lo que la ley establece. Ahora bien, esperamos que lo mismo ocurra con los pesos pesados de la corruptela. Nos permitimos recordarle al presidente Maduro que la Ley Contra la Corrupción señala que los casos no prescriben. Eso lo apuntó recientemente la contralora encargada.

Ya que no prescriben, hay denuncias que están plenamente vigentes y que la Fiscalía tiene escondidas en alguna gaveta desde hace varios años, y no parece tener ningún interés en investigar. No afirmamos que los señalados sean culpables, pero por lo menos deberían tener el pudor de aclarar las cosas. El gobernador de Miranda Henrique Capriles Radonski hizo serios señalamientos, hace ya más de cuatro años, sobre su antecesor en ese cargo y hasta el sol de hoy no hay respuesta a las más de 40 pruebas con las que soportaron los petitorios ante el Ministerio Público. ¿Será que piensan utilizar dicho caso como una espada de Damocles contra el teniente diputado? Otras denuncias que tienen más o menos el mismo tiempo engavetadas son las que hizo el alcalde de Petare, Carlos Ocariz, en relación con su antecesor papi papi Rangel. La comida que se pudrió en los puertos es otro caso peso pesado que no tiene responsables, a pesar de que las denuncia señalaron no pocos nombres de quiénes habrían firmado más de un papel que se relacionó con el conocido Pudreval.

Una pregunta que sigue sin respuesta es cómo hizo Antonini Wilson para llenar un maletín con casi 800 mil dólares en billetes contantes y sonantes, cuando en el país había y hay control de cambio. ¿Qué tal, Nicolás, si le pones el cascabel al gato? Hay también casos más recientes, calenticos, como el de los bonos del Bandes, descubierto en Nueva York. Por cierto, señor presidente, le tenemos otras preguntas. Si Consuelo Cerrada es la responsable política de lo que hacían sus subordinados en el Indepabis, ¿no lo es José David Cabello de sus empleados en el Seniat, y Edmée Betancourt de los del Bandes? ¿Quién es el responsable político de los guisos de Cadivi? ¿Por qué no publica la lista de las empresas beneficiadas con dólares baratos de 2012? De todas maneras le comunicamos al presidente Maduro que desde Talcual vamos a apoyar su decisión, si va en serio, de atacar y castigar la corrupción, pero ver para creer, porque hasta ahora lo que hay es mucho discurso y alguno que otro chinito de Recadi. Los premios gordos de la corrupción siguen campantes y, quizá, hasta campaneando.

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