lunes, 1 de julio de 2013

Centro de Caracas se apaga cuando cae el sol

VALENTINA OVALLES R. |  EL UNIVERSAL
Es casi como si se tratase de un toque de queda. Los comercios del casco histórico del centro de la ciudad bajan su santamaría apenas marcan las seis de la tarde, luego de esa hora es difícil encontrar alguno con las puertas abiertas. Eso, a pesar de que hace solo tres años fue recuperado con la intención de recuperar su vida.


"No se puede dejar de reconocer que está mucho más bonito pero tu buscas un policía aquí y rara vez lo encuentras. Después de la seis es peor y lamentablemente si existe inseguridad la gente va a huir de aquí", comenta la encargada de una librería, que lleva más de 40 años en las proximidades de la plaza Bolívar.

La petición por mayor seguridad se repite como un rosario, irónicamente en sitios recuperados por el gobierno local. Los comerciantes de los alrededores de plaza Miranda cumplen con el mismo toque de queda. La plaza, recuperada en múltiples ocasiones, al anochecer se convierte en un nido de indigentes y delincuentes.

Cerca de las 8:00 p.m. unos pocos patineteros hacen piruetas en el sitio, los bancos son camas de indigentes, el parque infantil que el año pasado instalaron sirve a quienes ingieren bebidas alcohólicas y un módulo policial permanece cerrado, con una calcomanía que reza "Operativo Chatarra".

En el parque el Calvario pasada las 7:00 p.m. las caminerías empiezan a lucir solitarias, aunque algunos deportistas la usan como pista. En la plaza más alta, no más de diez personas están en el lugar. "¿Seguridad? ¿Tu ves algún guardia aquí?", cuestionaba uno de los visitantes.

En el sitio hay un puesto de la Guardia Nacional al finalizar las largas escaleras pero la presencia de los efectivos se va disipando a medida que se adentra al parque.

El peor ejemplo es quizás el de los libreros del puente Fuerzas Armadas. Jamás se concretó la promesa de un módulo policial que permitiría que los 91 locales abrieran hasta la medianoche. Mientras, siguen cerrando a partir de las 4:00 p.m. Los techos de sus puestos se convierten en viviendas temporales durante la madrugada.

En el casco histórico la vida nocturna se limita a la plaza Bolívar y sus cuatro esquinas. "Porque hay iluminación y gente, que se acompaña entre si. Por eso cuando la gente se empieza a ir uno arranca", comenta Ignacia Veguero, quien cada jueves después de clases se queda un rato en la plaza.

Los únicos locales abiertos son aquellos del Gobierno. Aunque un café en la esquina de Gradillas, pasada las 7:00 p.m., ya tenía media santamaría abajo, a pesar de que dicen trabajar hasta las 8:00 p.m. Cuando hay eventos nocturnos, el resto de los locales teme abrir por las consecuencias del consumo de alcohol e invasiones cercanas. Hace una semana, una joyería próxima a la plaza El Venezolano fue robada a pleno sol, a las 2:00 p.m.

"Mientras no haya seguridad difícilmente vas a lograr que la gente venga a pasear y menos de noche", concluyó el dueño de una zapatería con más de 20 años en el casco.

 En caminerías del parque El Calvario escasea la vigilancia
Los visitantes de los espacios reclaman mayor presencia policial
FOTOS EDSAÚ OLIVARES

Los únicos negocios abiertos en el casco histórico, pasada las 
6:00 p.m., son los del Gobierno

No hay comentarios:

Publicar un comentario