martes, 16 de julio de 2013

La batalla de la carne

Declarada la guerra entre Samán y consumidores. Indepabis amenaza con un ejército de fiscales en carnicerías y mercados. Aumentan carnicerías que bajan la santamaría por un control de precios que consideran insoportable. Expendedores dicen que no es posible comprar el cárnico a Bs 50 el kilo "y nos exijan venderla a 27"

HÉCTOR LANDAETA/TalCualDigital
Prácticamente se ha desatado una situación de guerra comercial de la carne en todo el país por la insistencia del Gobierno en que se vendan los cortes del producto a los precios regulados, y la posición de los carniceros quienes se niegan a expender este rubro alimenticio a precios que aseguran están muy por debajo de los que deben pagar para comprarlos.

En algunas regiones como el estado Táchira son varios los expendios de carne que han bajado la santamaría frente a una situación de control de precios que consideran insoportable. "No es posible que el gobierno pretenda que compremos un corte de carne a cincuenta bolívares por kilo y nos exijan que la vendamos a 27 bolívares.

Nadie está a dispuesto a invertir para perder. Este gobierno no entiende que deben sentarse con quienes comercializamos el producto para buscar los precios que se ajusten a la realidad", señaló la propietaria de una carnicería que prefirió no dar su nombre para evitar represalias.

Por su parte en Fedenaga se reclama que el Gobierno debe conversar con todos los sectores de la cadena de entre los cuales el 75 por ciento de los productores agropecuarios pertenece al gremio ganadero.

EL VERDUGO AMENAZA
Y es que del lado gubernamental, el ya dos veces presidente de Indepabis, Eduardo Samán, ha alertado con dureza a los comerciantes que "están actuando al margen de la ley", y que el Indepabis está dispuesto a hacer cumplir los precios regulados, con la amenaza de clausurar los establecimientos que no lo hagan.

Pero la realidad es otra y cuando se hace un recorrido por los expendios de carne se precisa que en las pequeñas carnicerías y muchos supermercados prácticamente nadie vende la carne a 27 bolívares el kilo.

Pero Samán, quien fue llamado por el presidente Nicolás Maduro con la intención de poner "mano dura contra la especulación", y fue seriamente cuestionado durante su anterior gestión por la manera ortodoxa conque asumió el papel de verdugo de los comerciantes, parece ahora más envalentonado y hace un par de días afirmó que están formando prácticamente un ejército de fiscales, para que salgan a la calle a obligar a los expendedores a cumplir con los precios regulados al vender este producto vital en la mesa de los venezolanos.

Los sectores más afectados en primer lugar son las grandes cadenas de supermercados que están duramente vigiladas por el Indepabis, lo cual ha traído como consecuencia que en esos sitios prácticamente no se consigue la carne, pues las pocas cantidades que están comercializando sus dueños literalmente vuela de las neveras en minutos, por la compra inmediata de los consumidores quienes día a día hacen turismo alimentario para conseguir los productos de la dieta diaria.

Por otra parte en muchas carnicerías pequeñas donde no llega la mano de los fiscales del Indepabis el cárnico se consigue pero a precios muy por encima de los regulados y que los consumidores compran a placer. Los expendedores argumentan que ellos no están dispuestos a vender a los precios regulados "porque nadie se monta en un negocio para perder".

Eduardo Samán señala que la carne que se expende en los mercados oficiales como Bicentenario, Mercal y los llamados mercados a cielo abierto se vende a precios regulados, lo cual es verdad. Pero la otra dura realidad es que la producción de carne en Venezuela ha caído en más del cincuenta por ciento como consecuencia de las confiscaciones en masa que ha realizado el gobierno desde el año 2006, lo cual ha provocado escasez no solo de carne sino de la mayoría de los productos alimenticios que con forman la cesta básica.

El Gobierno ha querido combatir la escasez que hoy padece el país por estas confiscaciones que han liquidado el aparato productivo, por la vía masiva de importación de alimentos y especialmente carne de los países cercanos y aliados del gobierno, pero no ha podido evitar el desabastecimiento en general y a punta de subsidio apenas surte pocas cantidades de alimentos en los cada vez menos abastecidos mercados populares.

Por otra parte han bajado las importaciones por la grave escasez de divisas que atraviesa el país que ha colocado las reservas operativas en poco más de 3 mil millones de dólares con una capacidad de importación de pocas semanas. En consecuencia, los tiempos que se avecinan para el gobierno y su pregonada seguridad alimentaria son verdaderos nubarrones.

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