lunes, 26 de agosto de 2013

La tragedia pudo evitarse

Pdvsa es el único culpable de la explosión de Amuay. Informe del "thinkthank" Corner dice que la explosión la produjo un escape de gas incontrolado. Se confirmó la presencia de la fuga en el bloque 23 el 24 a las 12 de la noche, pero no se activaron alarmas

JOSÉ SUÁREZ NÚÑEZ/TalCualDigital
Al cumplirse el primer aniversario de la tragedia de Amuay, sin ningún informe oficial del acontecimiento, el departamento de Manufactura del "think-thank" Coener, hizo pública su investigación donde participaron más de 50 expertos de distintas profesiones y organizaciones Diego González, director de Coener, presentó a Francisco Javier Larrañaga, ex ­gerente del CRP, quien se encargó de hacer la reseña del informe.

Aspiraban que fuera la industria petrolera la primera en recibir el informe, lo cual intentaron infructuosamente visitando las oficinas de Amuay, en Judibana, en compañía de diez diputados a la Asamblea Nacional, encabezados por María Corina Machado.

Las dos primeras víctimas fueron trabajadores de Amuay. Enviaron alrededor de las 12 de la noche al especialista Reneduar Jiménez y su asistente José Bravo, éste sobrino del subgerente de la refinería Omar Bravo a revisar el sitio.

La versión oficial dice que ambos confirmaron la fuga de gas y regresaron de inmediato para colocarse trajes apropiados, porque no pudieron manualmente cerrar la fuga y la explosión se produjo 70 minutos después cuando hacían su trabajo.

Jiménez arribó sin vida a la Clínica Paraguaná con su cuerpo quemado, pese a llevar el traje protector, según lo recuerda el personal de admisión de la clínica.

Mientras que Bravo, vestía igual y tenía grandes quemaduras en el rostro y fracturas extremas en las piernas. Alcanzó a decir algunas palabras sobre el preludio del accidente, que se ahogaron con los efectos de la anestesia. Después falleció y se llevó a la tumba lo que intentaba decir.

Dos días antes los vecinos de las comunidades adyacentes, percibían ese olor a "huevo podrido" que identifica popularmente los escapes de gas.

Eso podía explicar la irritación del fallecido presidente Chávez, cuando una reportera que lo entrevistaba en el sitio del accidente comentó, que los vecinos se quejaban un día antes, un olor de huevo podrido.

NUBE MORTAL
El informe de Corner dice que el 25 de agosto de 2012 a la 1:10 de la madrugada se produjo una explosión causada por la ignición de una nube de gas creada por un escape incontrolado de olefinas, cuya causa probable fue el colapso del sello mecánico, de una o más bombas ubicadas al pie de las esferas, en el área de almacenamiento del bloque B23 de la refinería, de la refinería Amuay.

La nube de gas se esparció en una extensa área, originando el fenómeno físico "explosión de una nube de gas en un espacio no confinado". Se confirmó la presencia de una fuga de gas en el bloque 23 ese viernes 24 a las 12 de la noche, pero no se activaron alarmas, ni se tuvo conocimiento de acción alguna para desalojar las áreas adyacentes.

Las únicas acciones que se tomaron, fueron tratar de bloquear válvulas y equipos en forma manual en el sitio de la fuga, resultando todas infructíferas, dada la magnitud del escape de gas y las altas concentraciones en el ambiente.

Existían antecedentes de escapes de gas en los equipos que no fueron tomados en consideración, incluyendo unos a finales de junio, cercano al sitio de la explosión. Uno de los informes de la empresa aseguradora, documenta que habían ocurrido unos 100 incendios en el CRP en el año 2011, la mayoría de estos aún pendientes de investigación.

En la explosión fallecieron 42 personas y se registraron 150 heridos, pero vecinos de la zona hablan de más de 100 muertos.

Larrañaga dijo en su presentación, "que lo peor de la tragedia de Amuay, es que pudo evitarse, porque la causa fue una crónica negligencia gerencial" una práctica que se ha ido estableciendo.

La falta de mantenimiento, no inversiones en la planta, y el personal técnico y supervisorio está politizado. Desde el 25 de agosto hasta ayer, se han producido 38 accidentes graves y otros que se han ocultado.

Dijo que no se pueden hablar del desarrollo de las operaciones. Se unen en el día a día, miedo y chantaje. Para los vecinos es normal y frecuente mirar hacia el mechurrio.

El informe advierte un inadecuado manejo de la contingencia en la detección de la fuga de gas antes de la explosión, durante el posterior control y extinción del incendio y la atención a las personas afectadas. Las fallas detectadas en el plan de evacuación, probablemente hayan incidido en el incremento del número de víctimas.

Las pérdidas materiales del incendio fueron de 1.835 millones de dólares. Desde el punto de vista ambiental se usaron 1.500 tambores de espuma, que se concentraron en un solo tanque, el resto se malgasto. Se puso en evidencia, que para extinguir un incendio no están preparados, dijo Larrañaga.

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