viernes, 21 de febrero de 2014

Carta a Jorge Rodríguez

No puedo acusarte de estar directamente implicado en el asesinato de los jóvenes ocurrido el 12 de febrero por acción del régimen del cual eres una pieza fundamental. Si te enrostro que al callar cohonestas

HÉCTOR PÉREZ MARCANO/TalCualDigital
Fui compañero de lucha de tu padre, pero más allá de la camaradería forjada al calor de los riesgos que la lucha armada implicaba, tu padre y yo fuimos grandes amigos. Quedé eternamente agradecido por la solidaridad y lealtad suya hacia mi, pese a que en los últimos años de nuestra camaradería ya estaba planteada la divergencia política que fragmentó al MIR al separarse las tres tendencias que luchaban por imponerse y controlar la dirección.

Cuando tuve que bajar definitivamente del frente guerrillero de Oriente ("Antonio José de Sucre") debido a lesión en una de mis rodillas, Jorge -tu padre- se ocupó personalmente de garantizar mi
seguridad. Me proporcionó las "conchas" clandestinas que me protegieron y era mi enlace con el resto de la organización, por lo cual nos veíamos con mucha frecuencia.

Igual conducta tuvo con Moises Moleiro. En 1969 -comienzos-. tu padre y yo fuimos encargados de discutir con la dirección del frente guerrillero la posición que asumiría el MIR frente a la política de pacificación propuesta por el gobierno del Pte. Caldera.

Cuando hicimos contacto con la comisión de guerrilleros que nos llevarían al sitio donde estaba la comandancia del frente, nos encontramos con Moleiro a quien la comandancia del frente pretendía, arbitrariamente y contra su voluntad- sacarlo de la guerrilla y bajarlo a Caracas.

Jorge -tu padre- se opuso tan firmemente como yo a tal arbitrariedad y logramos subir junto con Moleiro -pieza fundamental de la discusión, pues era el Secretario General del Partido- a discutir con la comandancia nuestra respuesta a la política de pacificación del presidente Caldera.

Estando en tareas políticas en el exterior me enteré del vil asesinato de tu padre quien valientemente soportó, hasta la muerte, las crueles torturas que le infligieron. Mi dolor e indignación me llevaron hasta el coraje.

No puedo acusarte de estar directamente implicado en el asesinato de los jóvenes ocurrido el 12 de febrero por acción del régimen del cual eres una pieza fundamental. Si te enrostro que al callar cohonestas.

Procedes igual que quienes asesinaron a tu padre. Maduro se atrevió a criticar a los colectivos armados -que actúan en el municipio que gobiernas-. Le creeré cuando los disuelva y los desarme, pero tu callas, cohonestas y al cohonestar eres corresponsable de los crímenes.

Es más, me han dicho -me cuesta creerlo- que quien delató a tu padre milita en el PSUV, que tú lo sabes y sabes quien es. ¿Eres su camarada? Qué horror!!!

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