viernes, 25 de marzo de 2011

Carta de Guaicaipuro Lameda dirigida a la comunidad universitaria

  EL UNIVERSAL

Guaicaipuro Lameda Montero
Particular
Caracas, 24 de marzo de 2011
Respetables Estudiantes, Autoridades, Profesores y Trabajadores del Sistema Universitario Público Nacional.
Miembros del Consejo Moral Republicano.
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Me dirijo a Ustedes en el momento en que me embarga la preocupación de ver a unos Jóvenes Estudiantes arriesgando su futuro y hasta sus vidas en una causa noble que no debería llegar al penoso extremo que estamos viendo.

Esos jóvenes, quienes deberían ser beneficiarios de un sistema educativo que les ofrezca una formación de excelencia para construirse un futuro promisorio, hoy son las víctimas de una confrontación que les es ajena pero que se tomaron para sí ante la indiferencia de unos adultos que no han sido capaces de resolver un problema sencillo. Se trata de asignar recursos materiales para alcanzar un objetivo tangible: Es decir un simple problema de buena gerencia.
Presidente Chávez, le escucho decir que ama al pueblo y me pregunto si esta gente que pone en riesgo su propia vida no es pueblo. También me pregunto ¿Por qué Usted, siendo su presidente, los trata como al enemigo que necesita destruir? Por las acciones y omisiones, suyas y de sus congéneres en el gobierno, me temo que Ud. está acariciando la oportunidad de generar una provocación de esas que sabe perpetrar para luego sacarle provecho político a la muerte y al dolor ajeno. Muestras de ello ya están escritas, con sangre, en la historia de su actuación pública. ¡Qué hipocresía la de ese socialismo suyo!, alardea de proteger la dignidad humana pero pone por encima de la gente un asunto de plata. Me temo, que en este caso se repite el trasfondo que escuché de usted en reiteradas oportunidades: "Lameda, lo político está por encima de todo".

Presidente, le recuerdo que los recursos de la República no son un botín, esos recursos no son para que usted los meta debajo del colchón y los ofrezca como el regalo de un benefactor. Con ello Usted usurpa a la república y se apropia indebidamente de un mérito que no le corresponde. Ese es acto de corrupción moral que usted comete porque, en que nos queda de república, se ha desvanecido el poder moral que podría reclamárselo. ¡Yo se lo reclamo!
Igualmente, me preocupa la indiferencia del poder Moral Republicano, Ustedes tienen facultades y obligaciones para actuar en defensa de derechos fundamentales de la persona humana y según aprecio sólo ofrecen una perspectiva política a un problema cuyo origen es de gerencia y cuyas consecuencias pueden ser mortales. Les pregunto: ¿Dónde queda el derecho a la vida? Si ustedes no pueden mediar para resolverlo, entonces ejerzan el amparo constitucional que corresponde. Solamente miren cuánto dinero se gasta diariamente en campañas informativas con propósito de proselitismo político y con cuánto de eso podría ayudar a resolver esta situación. El problema no es la falta de recursos, es la ausencia de moralidad en su administración. El triunvirato que Ustedes conforman bajo la denominación de "Consejo Moral Republicano" es para que hagan valer la moral en la república. Me preocupa que no lo hagan, pero más me preocupa si no la hacen por subordinación a otro poder o por miedo a la consecuencia de la insubordinación a ese poder.

Ciertamente, las Universidades tienen dificultades financieras que deben resolver. Los problemas son de vieja data, me constan desde que ejercí como jefe de la Oficina Central de Presupuesto en 1999 y 2000. Recuerdo agrias conversaciones que desnudaron severos problemas estructurales que aún no han sido resueltos. En aquel entonces no hubo la voluntad para hacerlo y las consecuencias han recrudecido.

La solución para el funcionamiento adecuado del Sistema Universitario Público Nacional demanda que todos los involucrados depongan posiciones, valoren objetivamente la situación a resolver y rompan viejos paradigmas para crear un esquema nuevo que le asegure a los estudiantes una educación de excelencia mediante métodos de asignación de recursos que permitan valorar el costo efectivo de la matrícula de cada estudiante, reducir los índices de repitencia y deserción, corregir abusos existentes en beneficios y reivindicaciones vigentes para entregarle al país los profesionales requeridos en cada disciplina o especialidad.

No ofrecer la oportunidad de educación superior para cubrir las necesidades de nuestra sociedad es tan irresponsable como ofrecerlas en demasía para que, luego, los graduandos vivan la frustración del subempleo o el desempleo. Con ello se pierde la oportunidad de ofrecerles a esas personas una mejor opción para su crecimiento y desarrollo personal en beneficio del colectivo.

Soy un convencido que ustedes, los estudiantes, con su espíritu juvenil, representan el arrojo, el impulso y la energía de nuestro país. Ustedes son la fogosidad que se apresura y se impacienta, así debe ser, no abandonen su lucha y mucho menos sacrifiquen sus convicciones. Recuerden que quien doblega su espíritu renuncia a su libertad.

A quienes están en huelga de hambre y a quienes han llegado al extremo de coserse los labios, les confieso que no hubiese querido verlos en tan penosa ocurrencia. Es penosa en cuanto a la circunstancia que la provoca pero es honrosa en cuanto a lo que representa. Ustedes hacen un sacrificio personal por el bien de otros. Yo se los agradezco la magnitud del sacrificio y espero que la república se los recompense con creces, Ustedes lo merecen. Veo este sacrificio de ustedes como un acto de amor, estoy seguro que cuenta con la bendición de Dios a quien le pido que les acompañe en esta honrosa cruzada y que ayude a deponer la intransigencia de quienes lejos de construir una solución favorable se conducen con poca moral y con pocas luces.
Señor todopoderoso abre el camino para salvar a estos jóvenes de coraje. La patria y sus familias los necesitas vivos.


Guaicaipuro Lameda Montero

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