miércoles, 10 de octubre de 2012

A ponerse las pilas

"¿Para qué votar si de todos modos nos van a hacer trampa?". Hay que salirle al paso a esto. La oposición alcanzó la mayor suma de votos de su historia, creció en 2.1 millones de votos respecto a la elección de Rosales y paso del 37% al 45% del total. Es sorprendente que haya gente creyendo que hubo fraude. Estas consejas tienen una finalidad: profundizar en los opositores la frustración y alimentar, con ello, la abstención en los muy próximos comicios para gobernadores

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Hay algunos sectores minoritarios que se dicen opositores, pero que más bien parecerían pagados por el gobierno, que ya han desempolvado los viejos temas sobre "fraude" y sobre la "traición" de Capriles que, tal como dijeran de Manuel Rosales en su tiempo, habría sido secuestrado y amenazado con un baño de sangre, ante lo cual habría cedido y reconocido la derrota.

Lo sorprendente es que haya gente, poquita, pero existe, que todavía preste oídos a estas paparruchadas. Por supuesto que estas consejas tienen una primera finalidad: profundizar en los opositores la frustración y alimentar, con ello, la abstención en los muy próximos comicios para gobernadores.

"¿Para qué votar si de todos modos nos van a hacer trampa?". Hay que salirle al paso a esto. La oposición alcanzó la mayor suma de votos de su historia, creció en 2.1 millones de votos respecto a la elección de Rosales y paso del 37% al 45% del total.

La unidad se mostró como una conducta apropiada y fructífera; dando origen a una movilización de masas de millones de venezolanos, que le ganó la calle al gobierno y colocó a este a la defensiva y finalmente, con Capriles Radonski comienza a desarrollarse el proceso de emergencia de un nuevo liderazgo, joven, fresco, preparado, que fortalecerá a los partidos y creará los puntos de referencia necesarios para la vasta humanidad opositora.

De hecho, la oposición hoy se encuentra en un magnífico momento. Toca ahora superar rápidamente las secuelas anímicas de la derrota, para lo cual es indispensable que la unidad se ponga en acción y evidencie su disposición a continuar el combate.

Ahora, más unidad que nunca y más acción que nunca. De lo contrario, se corre el enorme riesgo de que un estado de desánimo y abstencionismo conduzca a un arrase chavista en las gobernaciones. A ponerse las pilas, pues.

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