miércoles, 29 de mayo de 2013

El Despecho

Hola, Mario. Esta será la última vez que hablemos de ti, y eso nos da un respirito.

Te acabaste primero, compa. Además de "caer con los kilos", como dice la jerga juvenil, quedaste botao. La cosa como que no fue montaje, porque las consecuencias han sido bastante "reales".


A La Hojilla le dieron fue un machetazo, y rodaron cabezas. La tuya entre ellas, y no vayas a decir que estamos llamando al microcidio (sin tu punto de francotirador en VTV el "magni" te queda grande).

Ayer resoplaste por la herida en la columna publicada en la página de tu emisora de radio (¿esperando ya a Conatel?) asegurando que hubo un plan para sacarte, que la Fiscalía investigue y que nadie da medio ya por ti.

Qué triste terminar así, especialmente porque son tus mismos camaradas los que apuntaron con su pulgar hacia abajo. Criticas que hayan despedido de medios públicos: a Vladimir Acosta y a Toby Valderrama de Radio Nacional de Venezuela; a Ricardo Arenas, de AN Radio, y eso lo calificas como "preocupante".

Te invitamos a que pises tierra de nuevo, a que te reconectes con la realidad que dejaste lejos desde tu burbuja mediática y empoderada de TV, con el G2 cubano y el poder echándote aire, y entiendas que ese "legado de mi comandante" que dices defender no es más que eso: puñaladas traperas, corruptelas, amiguismos, tapaderas y víctimas.

Ahora tú eres uno más de los que han quedado tendidos en el camino de la aplanadora revolucionaria, sin miramientos, sin dolor, sin remordimiento. ¡Y tanto que te burlaste con aquello de que algunos quedan como condones usados! Así paga el diablo (recuerda aquél "aquí huele a azufre").

Chao, Mario.

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