lunes, 17 de junio de 2013

A confesión de parte…/VenEconomía lunes 17jun13

Por: VenEconomía
La semana pasada una noticia dejó atónitos a millones de venezolanos:
La prensa informaba que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reconocía a Venezuela como uno de los 38 países del mundo que habían logrado disminuir el hambre a la mitad.

Este reconocimiento lo da la FAO a los países que vienen logrando cumplir con el “Reto del Hambre Cero” para 2015, alcanzando entre otros objetivos: El pleno acceso a una alimentación adecuada, evitar el retraso del crecimiento de los niños, asegurar la sostenibilidad del sistema alimentario, lograr el incremento en la productividad y evitar el desperdicio de alimentos.
Este reconocimiento es una afrenta para los ciudadanos de Venezuela, quienes precisamente en estos momentos están viviendo, como nunca antes, las penurias de una generalizada caída de la producción y la dependencia de importaciones para cubrir la demanda alimentaria, a consecuencia de erradas políticas de control y expropiaciones que han originado escasez de alimentos de la dieta básica y un incremento inusitado de los precios de los pocos rubros que aún hay en existencia. Políticas que persisten como lo demuestra la expropiación la semana pasada del Hato La Palma en Yaracuy, el cual tiene (o tenía) 2.700 vacas productoras de leche.
Para VenEconomía este premio es un triunfo del aparato propagandístico y de los entes que manejan las estadísticas del gobierno Chávez-Maduro, al cual hay que felicitar por su poder de convencimiento, que hace ver que hay pasto donde sólo existe tierra arrasada. La lamentable realidad es que un ingente número de venezolanos sufren de obesidad y otras enfermedades colaterales que resultan de la mala nutrición, a pesar de haber tenido una mejoría en sus ingresos debido a las dádivas y misiones del gobierno.
Pero, como por la boca muere el pez, Nicolás Maduro en el mismo acto donde recibió el reconocimiento en Roma, dejó en evidencia que las cosas no son color de rosas como las pintan los reportes oficiales que envían a la FAO: Maduro solicitó a la FAO asesoría y apoyo técnico para crear un sistema de abastecimiento y producción de alimentos así como para la aplicación de planes productivos y el aprovechamiento de las tierras. Este es un pedido inaudito por venir de un gobernante de un país petrolero que ha recibido milmillonarios ingresos en los últimos 14 años.
Cabe preguntar ¿Es éste un reconocimiento del fracaso de la política de la revolución que ha puesto bajo el dominio del Estado a casi la totalidad de las tierras productivas, que es propietario de industrias en todos los renglones alimenticios y que controla y maneja toda la cadena de producción y distribución de alimentos?
También vale preguntar ¿Por qué el gobierno, en vez de pedir asistencia a la FAO, no recurre al talento y experiencia de todo un sector agroindustrial venezolano que conoce de tierras y sembradíos, o al sector productivo que manejó eficientemente por décadas la industria vacuna, porcina y avícola nacional, en tiempos donde la palabra escasez no era de uso diario en la boca del venezolano?

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