miércoles, 12 de junio de 2013

Maduro busca avivar fervor chavista al denunciar supuesto complot

ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El guión no sería apto para una película de bajo presupuesto en Hollywood, pero en la tierra de la “revolución bolivariana” aparentemente tendría su audiencia.


La oposición venezolana, que carece de recursos para realizar su propia campaña electoral, habría comprado 18 aviones de guerra que operarían de manera conjunta, desde bases estadounidenses en Colombia, con una invasión de nueve mercenarios que pretendían asesinar a Nicolás Maduro, y derrocar su régimen, armados con sólo tres fusiles, una escopeta y algunas pistolas.

Eso fue lo que relató el gobierno a través de una serie de inverosímiles anuncios que fueron tomados por analistas como un intento por reavivar el fervor revolucionario dentro de las filas del chavismo, distraer la atención del público de los graves problemas del país y de colocar nuevamente a Maduro en el centro de la opinión pública.

“Es el nuevo show del chavismo”, explicó desde Londres Diego Moya-Ocampos, analista senior para IHS Global Insight/IHS Jane’s.

“Una de las grandes habilidades [del ex presidente Hugo] Chávez fue convertir el Palacio Presidencial en un gran show, que mantenía a todo el mundo pegado al televisor para ver qué es lo que viene después. Y uno de los primeros guiones del show de Maduro es el enemigo externo para movilizar a la tropa y movilizar a la militancia ante la amenaza exterior”, agregó.

Pero si bien el propio Chávez en ocasiones hacía planteamientos dignos de la ciencia ficción, incluyendo que el capitalismo acabó con la vida en el planeta Marte, el anuncio de Maduro dejó a muchos preguntándose quién habría ideado el libreto.

“Son las declaraciones de un lunático”, comentó desde Colombia José Obdulio Gaviria, asesor cercano del ex presidente Alvaro Uribe.

“Es un planteamiento totalmente desquiciado, creer que un partido de oposición en Venezuela, que a duras penas tiene con qué financiar sus campañas electorales, compre 18 aviones de guerra”, agregó Gaviria.

Funcionarios del gobierno venezolano no estuvieron disponibles para conversar con El Nuevo Herald sobre los detalles de la acusación.

La denuncia fue hecha originalmente por el ex vicepresidente José Vicente Rangel, quien en su programa de televisión aseguró que dirigentes de la oposición firmaron un contrato para comprar las 18 aeronaves.

Según Rangel, los aviones fueron negociados el 27 de mayo en San Antonio, Texas, “entre ejecutivos de la industria de aviones de guerra y venezolanos de la oposición”, y serían traslados a una base militar estadounidense en Colombia.

Pero para empezar, no hay bases estadounidenses en Colombia, dijo Gaviria.

“Colombia, precisamente por presión de Chávez, y por sometimiento [del presidente Juan Manuel] Santos, desechó un acuerdo para apoyar tecnológicamente las bases militares colombianas en la lucha contra el narcotráfico. De modo que no hay una sola base militar norteamericana en el país”, comentó Gaviria.

Pero además, “¿quién se supone que va a tripular esos aviones? ¿Quién les va a hacer mantenimiento? Es una cosa de un paranoico absoluto”, insistió.

A la versión de la compra de los aviones, posteriormente reiterada por el propio Maduro, le siguió la acusación formulada por el ministro de Relaciones Interiores, Miguel Rodríguez Torres, quien informó el lunes que dos grupos de paramilitares colombianos fueron detenidos en Venezuela.

“Estos dos grupos capturados en nuestro territorio pertenecen a dos bandas muy conocidas de paramilitares colombianos, inclusive uno de ellos pertenece a la banda de uno de los más buscados en Colombia: Chepe Barrera, que se habría instalado en nuestro territorio”, dijo Rodríguez Torres a través del canal del Estado.

“Presumimos con mucha fuerza que esto sea parte de un plan que se orquesta desde allá para atentar contra la vida de nuestro presidente y contra la estabilidad del gobierno bolivariano”, agregó el ministro.

La primera captura, según Rodríguez, se realizó en el occidental estado Táchira, donde fueron detenidos seis integrantes de la banda Los Rastrojos, portando un fusil ruso AK47, dos pistolas, un revólver, una escopeta calibre 12, dos granadas, cartuchos de distinto calibre, dinero en efectivo y una motocicleta.

El segundo grupo de tres personas fue capturado en el central estado Portuguesa, portando armas, cartuchos de municiones e incluso uniformes militares de las fuerzas venezolanas.

Ambos grupos tenían previsto dirigirse a Caracas “para cumplir una misión que les sería asignada” al llegar a la capital, explicó el ministro.

Las denuncias de Rodríguez Torres, Rangel y el propio Maduro, una detrás de la otra, podrían ser utilizadas como excusa para seguir golpeando a la oposición.

“Algo se traen entre manos”, comentó el general Carlos Julio Peñaloza, el ex Comandante General del Ejército de Venezuela.

“Lo primero que uno piensa es en la intimidación. Lo que falta es que detengan a algunos opositores y los acusen de que están involucrados en este tema de los aviones. Una acusación falsa, una acusación que no tiene lógica, pero para ellos sería muy fácil presentarla para dejarlos encerrados un tiempo”, agregó.

Pero el grueso de las opiniones se volcaban a que se trataba de una nueva cortina de humo para tratar de desviar la atención del país sobre el reclamo de que Maduro se robó las elecciones presidenciales de abril y los agudos problemas de escasez de productos por los que atraviesa la población venezolana.

Para Moya-Ocampos, la estrategia en realidad estaba principalmente dirigida al chavismo.

“Es una estrategia del alto gobierno para desviar la atención de los problemas del país, crear una matriz de opinión de que existe una amenaza seria de un enemigo externo para movilizar el chavismo, para terminar de movilizar a su gente”, comento Moya-Ocampos.

“Podría también estar buscando apaciguar los ánimos dentro de las Fuerzas Armadas, que han estado un poco alterados, desde que salió el vídeo de Mario Silva”, agregó.

Ese video, en la que el otrora influyente portavoz del chavismo brindaba un informe a un agente de inteligencia cubano, colocó al relieve los grandes problemas de corrupción provenientes del ala militarista del chavismo.

También el martes, Maduro solicitó al Consejo de Estado una “evaluación a fondo” de las relaciones con Colombia para definir las políticas de los próximos años.

Maduro pidió además al organismo, un ente asesor presidencial, una “recomendación de lineamiento” sobre las políticas que se seguirán en la relación en los próximos meses y años con Colombia, con el que tuvo un impasse el mes pasado.

“Evaluemos muy bien cuál ha sido la política. Sus aciertos, que los ha tenido y muchos. Cuáles son las amenazas también que hay desde Bogotá, muchas, las tenemos precisadas con datos y detalles”, indicó el gobernante durante un encuentro con los miembros del consejo en el palacio de gobierno que transmitió la televisora estatal.

El mandatario no ofreció detalles de lo que podría implicar la evaluación de las relaciones.

El Nuevo Herald

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