lunes, 11 de noviembre de 2013

Francisco y la trilogía del mal/Editorial Tal Cual lunes 11nov13

Por: Fernando Rodríguez/TalCual
Con su vulgaridad y desfachatez ya proverbiales Maduro y Cabello, y por tanto la pandilla entera, no han dejado de tratar a sus adversarios y a Henrique Capriles sobre todo con los adjetivos más feroces.


Al miembro principal de la trilogía del mal (ésta ha llegado hasta tener afiches, cosa poco común) le endilgan todos los sapos y las culebras que les pasan por sus cabezas, pero son tres los más reiterados y sonoros: asesino, fascista y parásito. Peor es difícil llegar, ni que acudan a la sabia asesoría de Pedro Carreño.

Bueno, ese malvado ha sido invitado a una conversa por el Papa Francisco I, en privado. Y lo que ha trascendido de esa visita estelar es que Capriles le solicitó a su pontificio interlocutor que sirviese de mediador para tratar de encontrar algo de paz y reconciliación entre los venezolanos, quienes, por cierto, parecen ansiarlo, según muchas y variadas encuestas.

Semejantes acontecimientos parecen poco cónsonos con el perfil que quieren vender del líder opositor. Y ponen a los mentados insultadores en una situación bastante difícil que, el mismo Capriles lo ha dicho, los ha obligado a un silencio que indica el grado de impotencia en que Francisco los ha colocado. Tan sólo se ha oído algún solitario sargentón de poca monta balbucear algo sobre maniobras de la jerarquía eclesiástica local.

La verdad es que no parece buen negocio meterse con Su Santidad. Quien además de esa condición está haciendo furor por doquier por las novedades que anuncia o sugiere en una Iglesia ciertamente desbordada por la historia del mundo, con un estilo “izquierdoso” que recuerda a Juan XXIII.

Tanto es así que la revista Forbes lo acaba de poner en- tre los cinco hombres más poderosos del planeta y eso que no tiene divisiones (militares), como dijo alguna vez el camarada Stalin. Llevado a ese altísimo cargo, entre otras cosas, según Maduro, por la influencia del fantasma de Chávez. De manera que nadie se mueva, dejémoslo pasar, en la bajadita lo esperamos.

Pero más allá de esta dentera, ¿no muestra esta paradójica situación el desafuero, la locura de ejercer el gobierno a punta de insultos y agresiones, tanto más cuando estamos sufriendo un terremoto económico de demasiados grados y que necesita el concurso de muchos para las labores de rescate, que según Rafael Ramírez, vicepresidente del área económica, necesitan medio siglo para completarse? Porque lógicamente hablando no hay sino dos proposiciones en juego.

O el aplaudido prelado latinoamericano (esto cuenta también, y mucho) es cómplice del triángulo del mal al concederle semejante recurso promocional, o los adjetivos insultantes e incesantes con que se trata a la oposición que, como su nombre lo indica, lo que hace es oponerse, no son sino el producto de la ignorancia y la desmesura en el uso de un poder que les queda muy grande.

Si Francisco, señor muy ocupado, quiere embarcarse en la petición de Capriles, así sea a través de terceros, pienso que la primera tarea que debe emprender es la de recomendarle a los que quieren gobernar un país que no lo traten como si estuvieran en una cantina o un prostíbulo, ya eso haría más respirable el hoy fétido aire que respiramos.

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