lunes, 14 de julio de 2014

Perdió capital humano

Los favoreció con la Beca Fundayacucho y luego no los atrajo al campo laboral. A una enfermera que obtuvo hasta un doctorado en Miami le dijeron que era una "traidora a la patria". Para los venezolanos los salarios en el país son muy bajos en comparación con los que se ofrecen afuera

KEILYN ITRIAGO MARRUFO/TALCUALDIGITAL
Gabriela Muñoz y Jesús Mogollón son dos venezolanos residenciados en Miami, a quienes el Estado venezolano les subsidió sus estudios de postgrado en el exterior mediante el programa de becas Fundayacucho, pero luego no supo captar esa preparación académica como capital humano para el país.

La Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, creada por el expresidente Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno en la década de los 70, tiene la misión de contribuir a la formación de jóvenes venezolanos en las áreas técnicas y científicas, que se hayan definido como prioritarias en los planes de desarrollo de la nación, a través del financiamiento, dirección y evaluación del proceso de formación de recursos humanos.

Muñoz trabaja en el Jackson Memorial Hospital. En Caracas hizo un técnico superior en enfermería y después tuvo la oportunidad irse a estudiar a Estados Unidos para obtener un Bachelor of Science, que es un título de grado en ciencias que se alcanza en Norteamérica después de cuatro años de estudio. "Después yo pagué todo lo que debía.

Luego hice una maestría y una especialización en oncología y cuidados intensivos y después hice un doctorado en investigación clínica", agrega. Cuenta que hace menos de un año fue a Venezuela y no consiguió trabajo.

"En el Hospital Domingo Luciani, en el Llanito, en el departamento de oncología me contestaron que yo era una traidora a la patria por haber estudiado en los EEUU y me llamaron imperialista. En vez de aprovechar los conocimientos de una carrera que es muy desarrollada en Miami y en donde se han dedicado a hacer entender que las enfermeras son la mano derecha del médico. Aquí en los EEUU el médico cuenta con nosotros, no al revés", afirma.

SALARIOS NO COMPETITIVOS 
Hace 23 años Mogollón llegó a Denver, EEUU, con una beca de Fundayacucho y luego pasó al Washington University. Se graduó, se devolvió a Venezuela y consiguió trabajar en una empresa de telecomunicaciones por año y medio, pero el salario era muy bajo en comparación con una oferta que le hicieron en Nueva York.

Desde esa fecha, dos meses después de haber ganado por primera vez las elecciones el fallecido presidente Hugo Chávez, Mogollón está residenciado en Norteamérica. Hoy es consultor y tiene su propia empresa en Florida.

Mogollón dice que en 1997, cuando había llegado con sus estudios de postgrado, se dio cuenta de que en el país había unos niveles muy grandes de discriminación y desigualdad laboral. "Yo nunca he estado a favor de Chávez pero entiendo las razones por las que ganó. Tenía mucho apoyo popular y este tuvo que venir de algún lado", apunta.

Recuerda que la beca de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho en sus inicios apoyó a mucha gente que salía, estudiaba y se regresaba. "Pero qué tipo de futuro puede tener un profesional en Venezuela, si no es para trabajar en el gobierno. A mí me ofrecieron trabajar allá y me iban a pagar 300 o 400 dólares. El profesional venezolano está muy mal pagado, incluso comparado con Colombia, Ecuador y Perú. Lo que hay es una burocracia increíble", sostiene. Manifiesta que viaja a su tierra natal con frecuencia a ver su familia y que lamenta ver cada vez más el deterioro del país.

Dice que tuvo la oportunidad de trabajar en las Naciones Unidas y de darse cuenta de que el país vive un proceso de africanización muy marcado. "Todavía no se ha visto lo peor, este Gobierno se ha tardado 15 meses en duplicar la masa monetaria y Lusinchi se tomó 5 años y fue el peor gobierno de la época democrática. Tome quien tome el poder, sea oposición o Gobierno, el país va a pasar por una contracción económica terrible".

CONVENIOS
A lo largo del año la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho ejecuta diversos convenios con universidades extranjeras según las áreas definidas como estratégicas en el Plan de Desarrollo de la Nación 2007-2013.

También apoya la participación del Poder Popular y los procesos de empoderamiento en las comunidades organizadas a través de colectivos con trayectoria cuyo propósito fundamental sea la promoción sociopolítica y educativa. Una vez al año se realiza la convocatoria para que los colectivos postulen sus proyectos.

SISTEMA DE SALUD EN COMA
El Jackson Memorial Hospital Muñoz, tal como asegura Muñoz, es hoy lo que era el clínico universitario hace 20 años. "Es el hospital de la universidad, donde está la Facultad de Medicina y recibimos pacientes ricos, pobres, indocumentados, de todo", señala. Sostiene que justo antes de que el fallecido presidente Hugo Chávez asumiera la jefatura de Estado, Venezuela tenía el mejor sistema de salud de Latinoamérica.

Recuerda que el Hospital Clínico Universitario, el Pérez Carreño, el Cardiológico y el JM de Los Ríos eran centros renombrados en el mundo. "Pero lamentablemente el Gobierno venezolano en los últimos 15 años lo único que ha hecho es no ocuparse del sistema de salud del país. Yo no estoy diciendo nada político sino que simplemente no les dieron dinero en ningún aspecto y eso se olvidó", asevera.

La crisis en el sistema de salud venezolano, a juicio de Muñoz, no es por la debilidad en la preparación del personal, pues dice que los médicos venezolanos "son A1", sino por la falta de inversión en esta área. Conoce tres venezolanos que se fueron a hacer la residencia en la Universidad de Miami y explica que para poder ser admitido en el programa de latinoamericanos hay que ser muy bueno.

"Nuestros médicos venezolanos hacen lo que sea por irse a países extranjeros como EEUU, Brasil, México y España para prepararse. Y entonces después les quitan los puestos los médicos cubanos. De las cosas que ha hecho el Gobierno es infiltrarnos con esos médicos cubanos, que no dan la talla. Además, como se los he dicho a muchos médicos cubanos que consigo aquí, estudiar medicina o enfermería requiere tiempo y experiencia en la universidad y en el hospital. No te puedes graduar en dos años".

Muñoz dice que no quisiera comparar pero lamenta que la tecnología en Venezuela sea tan pobre. Cuenta que en su trabajo comenzaron a aplicar hace dos semanas un sistema en el que todo es por computadora. "Le pasas un escáner al paciente para identificarlo y tener constancia de administrarle el medicamento correcto en el momento correcto. Y te estoy diciendo que trabajo en un hospital público, tal como el Vargas o el Razzeti", señala sobre las facilidades con las que puede desempeñarse en sus labores de enfermería.

La escasez de medicamentos y la aplicación de exámenes es otro de los aspectos que a criterio de Muñoz está en mucha desventaja en Venezuela. No entiende cómo una persona que necesite tomar un medicamento que tiene que ser medido en sus niveles terapéuticos cada tres o seis meses esté impedida porque en Venezuela no existe ese examen. "Y aquí es un examen de laboratorio de rutina, como tomarte la glucosa", agrega. Para Muñoz en Venezuela no solo deben hacerse estadísticas de la violencia sino también de la gente que se muere por no recibir los cuidados médicos necesarios.

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