lunes, 20 de enero de 2014

Cirugía sin dolor

La técnica de cirugía sin huella o cirugía laparoscópica por puerto umbilical único surge como la primera en su tipo en el año 1997 a nivel mundial. A diferencia de la laparoscopia tradicional (que se efectúa por 3 o 4 incisiones en promedio según el caso) se realiza a través de una única herida en la cicatriz umbilical que rara vez excede el centímetro y medio, lo que hace que se reduzca la invasión y el daño en los tejidos de la pared abdominal.


La consecuencia inmediata es la disminución del dolor postoperatorio y la rápida reincorporación del paciente a sus actividades habituales. Al realizar la intervención quirúrgica únicamente a través del ombligo, la cicatriz que se generará producto de la herida, queda oculta en su totalidad en la cicatriz umbilical. Es decir que la cicatriz se hace imperceptible.

Esta técnica es una variación de la cirugía laparoscópica, que revolucionó la práctica quirúrgica a finales de la década de los años ochenta, cuando se pasó de realizar cirugías con grandes heridas abiertas, a pequeñas incisiones en la pared abdominal.

Sin embargo, la técnica ha evolucionado y la tendencia ha sido disminuir el trauma en la pared abdominal, ya sea reduciendo el diámetro de los instrumentos y / o el número de incisiones.

Francisco Zamora, cirujano y director de Excelencia en Laparoscopia (Excelap), estudió la técnica de Cirugía sin huella o Cirugía laparoscópica por un puerto con Fausto Dávila en México y comenzó a reproducir en Venezuela la técnica precursora en el año 2007. Pero no es sino hasta el año 2008 cuando se realizan las primeras cirugías sin huella en el país.

El principio fundamental de la técnica es la utilización de un instrumental muy especializado que no deja huella quirúrgica en la pared abdominal, como es el caso de las agujas percutáneas y, más tarde, los dispositivos magnéticos que implementó Guillermo Domínguez en Buenos Aires a partir del año 2007.

También usa un lente de once milímetros que provee un canal para la introducción de instrumental tradicional de cinco milímetros de diámetro en su modalidad larga, lo que le permite al cirujano la posibilidad de operar y manipular la cámara simultáneamente para ver los órganos intra-abdominales.

La cirugía sin huella no se aplica solo por un mero hecho estético, que es su beneficio más tangible, sino que además ofrece ventajas al realizar una sola incisión: reduce el dolor postoperatorio, produce rápida recuperación y menos probabilidad de complicaciones al realizar menos heridas quirúrgicas.

Además de ello, la satisfacción psicológica que le produce al paciente ver su abdomen sin rastro de heridas. No aumenta los costos frente a la laparoscopia tradicional, pero ofrece beneficios extra.

Zamora presentó sus primeros casos a nivel académico en el Congreso Nacional de la Sociedad Venezolana de Cirugía y fue reconocido con el premio ‘Doctor Eduardo Carbonell’ como Mejor Trabajo de Presentación Oral del Evento en 2007. Los primeros casos y la técnica quirúrgica también fueron publicadas en la Revista Venezolana de Cirugía en diciembre de 2008 y la casuística que adiciona los dispositivos magnéticos se publicó en 2010.

Las primeras operaciones comenzaron en vesícula biliar, ampliando a lo largo del tiempo su campo clínico a los procedimientos abdominales más frecuentes en cirugía general y ginecología. A la hora de presentar la casuística en 2010, Excelap contaba con 80 pacientes operados exitosamente a través de la técnica.

Hoy en día, cuenta con más de seis años de experiencia en Venezuela y más de 350 pacientes operados con excelentes resultados. Más información: teléfonos (0212) 976-1769, (0212) 976-2753, www.cirugiasinhuella.com.ve y @sinhuellavzla en Twitter
Cort. TalCualDigital

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