miércoles, 30 de octubre de 2013

Madurolandia

Salgo de casa y veo que una vecina fue atracada por dos motorizados cuando esperaba el metrobús, a unos metros del toldo de Patria Segura. Los dos guardias oyen alelados la queja y aguantan impávidos el chaparrón de “¿para qué coño están entonces ustedes aquí?”, que lanza la doña, cuando los jóvenes militares, teléfonos en mano, le dicen que nada pueden hacer.

ELIZABETH ARAUJO/TalCualDigital
Salgo de casa y veo que una vecina fue atracada por dos motorizados cuando esperaba el metrobús, a unos metros del toldo de Patria Segura. Los dos guardias oyen alelados la queja y aguantan impávidos el chaparrón de “¿para qué coño están entonces ustedes aquí?”, que lanza la doña, cuando los jóvenes militares, teléfonos en mano, le dicen que nada pueden hacer.

“No tenemos motos, y cuando vengan los compañeros de Antímano, ya esos tipos se habrán perdido”. La mujer, a quien le arrebataron la cartera –con ella, el celular, el monedero, las llaves del apartamento y la insulina que le iba a llevar al hermano– me mira en busca de apoyo.

Yo no le digo nada. Solo le devuelvo mi desconsuelo. Ambas concluimos: no hay gobierno. A lo lejos, oímos al joven guardia burlarse del otro. Llegó primero en Turbo Athletics, el juego predilecto en celular.

El lunes, tras sentarme en la cama, quitarme los zapatos, prender la tele y hacer zapping, veo a Jorge Rodríguez y Ernesto Villegas criticar el espionaje de EEUU.

Les irrita que hayan husmeado el celular de Angela Merker y los teléfonos de otros mandatarios, como Dilma Rousseff, François Hollande e incluso el pana de Peña Nieto. Los aspirantes rojos de dos alcaldías capitalinas tildan de grosero y abusivo que la NSA y la CIA indaguen en la privacidad de la gente.

Espérate, me digo. ¿No fueron esos caretablas los que grabaron la conversación de María Corina y Carrera Damas, en la casa del historiador? ¿No era entonces Villegas ministro de Información cuando avaló el “acto de traición a la patria” emanado de esa reunión que VTV transmitió una y otra vez?

Seis concejales de Barquisimeto piden investigar a la alcaldesa Amalia Sáez por haber hecho una negociación de un millón de dólares en China… en la compra de adornos navideños para la ciudad.

Quieren que la Fiscalía les diga por qué la transacción se hizo sin licitación, si esos dólares son de Cadivi, si pertenecen a la ciudad y por qué viajaron hasta China también María Eugenia Sanquiz Sáenz, hija de la alcaldesa y funcionaria del CNE; su esposo José Ángel Yustis, director de Informática de la Alcaldía; el exdirector de Comunicación, Pedro Isacura Castro y su esposa; la tesorera de la Alcaldía, Enelsys Gutiérrez y la supuesta proveedora de los adornos navideños, Hilda García, representante de Hilaire Boutique. Temen que se repita en la capital larense “el síndrome de Valencia”.

El ministro del Interior anuncia la compra en China de 30 mil cámaras de videovigilancia para “frenar la inseguridad”. Para eso, el mismo Rodríguez Torres inventó el SIMA (Sistema Integrado de Monitoreo y Asistencia) que comprende la instalación de centros de comando nacionales y regionales que estarán conectados con más de 200 estaciones de policía para agilizar la detención de sospechosos e intercambiar información sobre las características de los delitos.

Entonces pienso: ¿por qué este gobierno y la fiscalía no han podido identificar a los vándalos que en 21 ocasiones han atacado la UCV, han quemado autos y disparado contra el rectorado, pese a que las autoridades de mi universidad les suministró hace ya dos años los videos donde quedaron registrados los autores de esos actos delictivos?

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