martes, 16 de agosto de 2011

Sacudiéndose el castrochavismo/VenEconomía 16ago11

Por: VenEconomía

Muchos de los trabajadores afectos al régimen que ayer cercaron empresas para entregarlas en bandeja de plata a las garras del Gobierno, hoy están sufriendo en carne propia los estragos que les generan unas empresas socialistas quebradas e improductivas.

Ya es usual observar que mientras unos trabajadores no temen defender sus empresas de los embates del Gobierno, otros tampoco se amilanan en hacer público su tajante reclamo para que se pongan a producir las empresas estatales que fueron despojadas a sus propietarios. ¡Ejemplos sobran!
Un caso emblemático es el de Empresas Polar, una de las empresas más atacada y acosada desde todos los flancos, ha sido activamente defendida por la gran mayoría de sus trabajadores, quienes le reconocen que practica una excelente política laboral, genera empleo productivo y muy bien remunerado.
Otro ejemplo, es el de Smurfit Kappa Cartón de Venezuela, que viene siendo cercada desde hace varios años con medidas cautelares y con persistentes invasiones de grupos promovidos por el Gobierno. En esta semana trabajadores de Smurfit protestaron en unión de unos 4.000 ciudadanos para pedir el cese de las invasiones a tres fincas (El Hierro, La Yaguara y La Joya) propiedad de la empresa con plantaciones de eucaliptos ubicadas en el estado Portuguesa. A la par, en el estado Carabobo, otros venezolanos exigían al Gobierno que pusiera a producir a la papelera estatal socialista Invepal, antes una exitosa empresa privada llamada Venepal, expropiada hace más de ocho años.
Los trabajadores de unas 29 empresas embotelladoras de agua de manantial también están en pie de lucha rechazando por inconstitucional la medida de expropiación anunciada por el Ejecutivo Nacional. A pesar de las promesas de no eliminar puestos de trabajo cuando pasen las empresas a manos del Gobierno, los trabajadores no han caído en la trampa castrochavista.
En el caso de Toyota, la empresa y un grupo mayoritario de trabajadores resisten el acoso de un grupúsculo de trabajadores. La empresa está sometida por el sindicato bolivariano Sintratoyota desde el 28 de julio a un ilegal paro de actividades, luego que un tribunal sentenciara en segunda instancia a favor de Toyota en un reclamo por pasivos laborales.
Al proyecto castrochavista se le están viendo cada vez más las costuras. Cada vez menos ciudadanos están dispuestos a dejarse manipular por canciones de sirenas y muchos más defienden con ahínco su derecho a trabajar en libertad y sin manipulaciones políticas.

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